—E-Eres un desgraciado. —dijo débilmente Elizabeth a su contrincante, quien estaba desmayado por el fuerte golpe que le dio ella con la sartén que tomo de la cocina.
Lentamente cayó sobre sus piernas hasta el suelo alfombrado de su departamento, llevo su mano izquierda al costado de su abdomen, donde la empuñadura de un cuchillo se encontraba incrustada contra su cuerpo, estaba casi segura de que la punta del arma brillaba tras su espalda al haberla travesado por completo. Soltó un suspiro tembloroso, lo cual le ocasiono un horrible dolor que no pudo evitar soltar un quejido de su garganta. Las gotas de sudor ya se deslizaban desde su frente y cuello, tanto que su cabello rubio se terminó pegando a sus mejillas y a los costados húmedos, intento reprimir los gritos que se le querían escapar ya que sabía que iba a doler más. Sus bonitos ojos chocolate miraron con rabia al que la puso en esta situación, quería matarlo y golpearle toda su cara presumida hasta que ya quedara destruida y no se pudiera volver a reconocer. Un intenso instinto asesino se apodero de ella, al punto en sus ojos se opacaron y se pusieron fríos.
Lamentablemente no se podía mover de mas ya que terminaría más fatal de lo que ya estaba, reprimió lo mejor que pudo sus emociones negativas y tomo con su mano temblorosa la empuñadura, la cual le causo una fricción que le recorrió todo el cuerpo apenas la sujeto con firmeza. Cerró los ojos con fuerza y mordió su labio inferior con sus dientes superiores, sin embargo lo hizo de manera tan brusca que provoco que se lo rompiera un poco. El sabor a hierro de su propia sangre se extendió en el interior de su boca, pero no le importó. Con la mayor determinación que logro reunir movió el cuchillo sacándolo.
—¡Ahhh! —dio un grito ahogado apenas lo saco y una que otra lagrima salió de sus ojos por el intenso dolor que le lastimaba por dentro. Su rostro se había puesto pálido y ya se encontraba bañado en sudor, tanto que varias gotas ya caían hasta el piso.
Su sangre caliente se salió de su herida y su mano derecha se manchó completamente de ella al hacerse presión a sí misma para intentar detener la hemorragia. La respiración comenzó a hacérsele más difícil pero aun así siguió intentando estabilizarla, se negaba a terminar así, inhalo y exhalo lentamente sintiendo el aire entrando desde su garganta hasta sus pulmones.
"¡PAMC!"
Soltó el cuchillo el cual hizo un ruido sordo al impactar con el piso a pesar de la alfombra que la rodeaba, al estar pintada el arma de rojo no tardo en mancharla también dejando varias de sus gotas. Su vista comenzó a nublársele y un enorme temor y resentimiento se le metió en el pecho "¡NO... NO QUIERO MORIR POR FAVOR!" Pensó con rabia y miedo.
Sus esperanzas fueron desapareciendo a los segundos mientras sentía sus parpados más pesados de lo normal, no quería cerrarlos pero se le estaba haciendo más difícil, su cuerpo ya no parecía ser suyo... era tan pesado como el plomo y tan frío como un hielo.
Cuando sus parpados estuvieron a punto de cerrarse en contra de su voluntad, sus oídos detectaron la puerta abriendo y unos pasos suaves que reconoció al instante.
"Lucas..." pensó con lágrimas en los ojos.
—¡Beth adivina acabo de ganar la lotería con el caballo, tenías ra- —la voz alegre y risueña del niño se apagó brutalmente al ver la escena ante él.
Las cosas estaban tiradas en el piso o rotas, como los cuadros con las fotos de la familia o amigos de Ellizabeth, los libros, películas hasta el sofá estaba tirado a un lado, y las luces estaban apagadas... parecía que un ladrón se había metido ilegalmente. Los ojos del niño se abrieron grandemente sobresaltados y sus pequeñas manos soltaron de manera inconsciente los billetes que pensaba regalarle a su hermana. Movió sus pies por el lugar, mientras un miedo se situaba en su corazón, sin pensar se adentró más al departamento.
Otros pasos venían tras el niño y era un joven de 28 años y cabello negro, quien también al ver el estado del hogar de su mejor amiga, sintió el miedo metérsele por todo el cuerpo y los labios temblarle. Rápidamente y sin dudar detuvo al muchacho de once años agarrándolo por el hombro, el pequeño lo miro con reproche pero él le devolvió una mirada seria, aunque se podía percibir su preocupación y temor en sus ojos azules. El joven con las manos temblando asintió lentamente dando a entender que no se movería, ya que eso es lo que quiere el mayor. El adulto asintió satisfecho y lo soltó con cuidado, pero antes de alejarse dijo seriamente.
—No te muevas, apenas encuentre a Beth te llamare ¿okey?
Lucas solo asintió con sus hombros temblando, estaba preocupado por su hermana mayor.
El chico finalmente se movió rápidamente, golpeo y tiro las puertas de la cocina, baño y sala de juegos mientras gritaba desesperado el nombre de la chica que amaba desde hace ya varios años atrás. Corrió con el corazón latiéndole a mil hasta la habitación de ella, lanzo una patada a la puerta haciendo que esta se abriera con fuerza. Y lo que encontró, le destrozo el alma en miles de pedazos. Sus ojos de inmediato se llenaron de lágrimas que no tardaron en deslizarse por sus mejillas blancas. Elly alzo la mirada con esfuerzo... estaba tan pálida que ya parecía un cadáver, pero a pesar de eso le dedico una pequeña y linda sonrisa cariñosa al chico frente a ella.
—Juan... —dijo suavemente en voz baja, pero al estar la habitación tan silenciosa se pudo escuchar perfectamente.
Juan no tardo en acercarse a ella y vio con horror la gran cantidad de sangre que ya había perdido. Con las manos temblando rodeo con su brazo derecho los hombros de ella y la atrajo hacia sí mismo hasta su pecho, y con su mano izquierda comenzó a hacer presión en su herida sobre la propia mano de ella, Elly soltó quejidos ante su acción pero no dijo nada.
—¡¡LUCAS, LLAMA A EMERGENCIAS, HAN ATACADO A TU HERMANA!! —Grito desesperado.
Lucas apenas lo escucho sin demora saco su teléfono y llamo a emergencias con su voz ahogada en llanto.
Juan miro fijamente a Elly para después ver al cuerpo desmayado de la persona que le hizo daño, sus ojos azules se volvieron oscuros y brillaron con profundo odio "¡LO METERE A LA CÁRCEL!"
El chico salió de sus pensamientos apenas sintió la mano algo fría de Elly en su mejilla, sus ojos volvieron a posarse en ella con profunda preocupación y temor. Su mano rápidamente se pintó de rojo pero la joven le dio otra de sus características sonrisas. Tierna y segura de sí misma, a veces un poco burlona pero al mismo tiempo dulce como el azúcar. El abrió sus labios temblorosos.
—¡B-Beth... resiste por favor! —suplico con la voz llena de dolor. A lo cual ella le miro con los ojos llorosos.
—L-Lo estoy intentado... p-pero siento como mi conciencia me e-está abandonado... Juan...—le contesto ella con la voz débil, tal parecía que el idiota ese le dio en un punto vital y peligroso.
El miedo creció en su pecho apenas la escucho. Y la desesperación lo ataco peor. Pero la voz de Lucas le dio un pequeño brillo de esperanza.
—¡¡YA VIENEN LOS PARAMEDICOS!! —Dijo en voz alta y escucho los pasos de él acercándose a la habitación, a lo cual se puso nervioso pero ella le tranquilizo con una mirada.
Lucas apenas cruzo la puerta, abrió los ojos enormemente al ver el estado de su hermana y no dudo en arrodillarse a su lado mientras las lágrimas no tardaban en deslizarse también de sus ojos chocolate. Elly le dio una sonrisa triste... no quería morir, aún tiene muchas cosas que hacer, es joven ¡por el amor de Dios! ¡¿Por qué le tenía que pasar esto?!
A lo lejos comenzaron a escucharse unas sirenas acercándose y los chicos sintieron un rayo de esperanzada para Elly. Pero el cuerpo de ella no pudo más, sin poder evitarlo sus ojos se cerraron y el peso completo cayo en los brazos de Juan, los muchachos al ver eso gritaron desesperados, siendo sus voces llenas de dolor lo último que escucho.
—¡¡BETH!!
Y la oscuridad... se la llevo.
*Autora: MV*
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No Puede Ser... ¡¿Reencarne En Toy Story Como Una Muñeca?!
FanfictionLa vida, nunca tiene una definición exacta... la vida te golpea o te ayuda, una o la otra, y a mi me dio un poco de ambos, no me quejó de lo que viví... sino más bien agradezco todo lo que me enseño, tanto lo bueno como lo malo... por lo que puedo d...