Algo peor que sufrir eternamente?

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Mientras caminaba por este bosque oscuro y tétrico con árboles demasiado altos como para ver su copa y que aún así el sonido del viento con sus hojas eran tan fuerte que parecía estar a tu lado observaba detenidamente los alrededores, siempre he tenido el defecto de que en situaciones así mi curiosidad supera mi espanto, en cada árbol habían tachaduras como las que hace un preso en su cárcel para contar los días hasta el final de si condena. Sólo pensaba en cómo salir de aquí, estaba tan enfocado en eso que no tenía tiempo de pensar en como había llegado. Es espantoso estar aquí siento ojos que me observan desde todas partes, estoy muy asustado... pero veo algo es un escritorio, hay alguien sentado con sus manos sobre la mesa y los dedos entrelazado... siento que me está esperando, siento... que debo ir hacia él. Con pasos temblorosos pero firmes me aproxime a él y antes de intentar decir una palabra él habló

- Número 99867, bienvenido al bosque de los condenados, tu viaje llega a su fin.

Intentaba hablar pero mis voz no salía intentaba moverme pero cada musculo de mi cuerpo estaba paralizado, cada vez me desesperaba más era como estar completamente amarrado estando debajo del agua. Inesperadamente logre sacar unas palabras:

- Estoy muerto verdad?

El ni siquiera alzó la mirada, solo siguió rellenando unos documentos en esa mesa solo sonrió incredulamente:

- Ja, muerto? No mereces semejante derecho a la tranquilidad, esto no es el infierno, es lo que está más abajo, cuando tus pecados son tan atroces que no pueden ser ni perdonados ni purgados con llamas y sufrimiento acabas aquí, condenado a permanecer inerte hasta el fin de la eternidad, contaras cada día que permaneces aqui incapaz de sentir la más mínima cosa, tu cuerpo se llenará de marcas que te recordarán tu condena cuando creas que no te cabe una más serás parte de este bosque.... y seguirás contando

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