CAPÍTULO TRES

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-menuda putada.- Ohm arrojó su bolso dentro del auto, estaba enojado, maldiciendo sin parar, subió.

l es solo mi amigo.- resonaba la voz de Gulf una y otra vez haciéndole perder la cabeza.

-¿Qué clase de amigos son? ¿qué clase de amigos se despiden con un pico?- golpeó la mano contra el volante, la imagen de Bright y Gulf besándose venían a su cabeza.

-no, claro que no son solo amigos.- el enojo crecía cada vez más, sentía su cuerpo arder. -no juegues conmigo, Gulf.- dijo entre dientes, sintiendo su cuerpo arder por la ira que sentía en ese momento.

Ting

El sonido de su móvil lo hizo volver en sí. Suspiró al ver de quien era, era de su esposa, pidiéndole pasar al supermercado. Tiró su móvil al asiento del copiloto y puso el auto en marcha al supermercado más cercano de la institución.

-¿dónde está la maldita salsa?- andaba furioso por los pasillos al no encontrar la salsa que su esposa pedía.

-¿crees que llevándole bocadillos te pasará los apuntes?- escuchó al llegar a la fila del cajero.

-los bocadillos no son necesarios, mi honey me los pasará sin importar qué.- Ohm se irritó al escuchar esa voz, la voz de Bright y de como estaba orgulloso con esas palabras, se sintió molesto.

-dejas los bocadillos, tomas los apuntes y nos vamos a mi casa a jugar en la consola.-

-no, mi suegra está en casa y me quedaré esta noche a dormir....- ya no pudo escuchar la conversación, puesto que el grupito de amigos había salido ya.

-¿Como que se quedará esta noche? Gulf.-

-¿señor? Son cuarenta con noventa y cinco.- habló la cajera.

Quería llamar a Gulf e impedir que ese bastardo de quedara con Gulf esta noche. Pero él mismo había puesta la condición de cero llamadas.

Perdón por no pasar este fin de semana contigo, sabes que te amo, por lo que más te vale que rompas el compromiso.


-¡carajo!- ciertamente no entendía porqué se sentía enfadado y frustrado. Mandó el mensaje y guardó el móvil.


*


Suspiró al llegar a casa, debía relajarse antes de entrar, pero era difícil, no podía sacar esa horrenda imagen de su cabeza, sumando las palabras de Bright, la sentía explotar.

-mierda.- susurró.

Respiró profundo antes de bajar del auto.

-¡papito!- se escuchó al abrir la puerta, Ohm fue recibido en casa por un cálido abrazo. Disipando su enojo.

-mi niña.- dijo Ohm besando a la pequeña. -¿y mamá?- preguntó.

-hablando por teléfono.- respondió  la pequeña sin apartarse de su padre.

Ohm sonrió al verla salir de la cocina.

- ¿traes la salsa? - preguntó Kinsai, la esposa de Ohm.

- ¿solo preguntarás por la salsa? - Ohm se acercó a ella, dejando un beso sobre sus labios.

- ¿y el papel higiénico? - Kinsai preguntó, y soltó una risa al ver el ceño fruncido de su esposo.

- sí, traje todo lo que me pediste. - dijo Ohm entregándole la bolsa de la compra.

-hoy llegas temprano, ¿ya no tienes trabajo por hacer?- preguntó Kinsai camino a la cocina a dejar la bolsa.

-ve a jugar, deja que papá descanse.- Kinsai apartó a Sarai de su padre, en cuanto regresó.

-no.- se quejó la pequeña, quería estas con su padre.

-déjalo descansar.- dijo Kinsai, sonrió al verla correr a su habitación.

-mi trabajo puede esperar, mi familia no.- dijo abrazando a su esposa de la cintura, apoyándose sobre su vientre.

-¿Estas cansado?- preguntó Kinsai sobando los hombros de Ohm.

-estoy muerto.- susurró.

-ve a tomar un baño caliente, no puedes estar así mañana en el cumpleaños de tu hija.- Kinsai dejó un beso en la cabeza de su esposo.

-¿con quien hablabas?- preguntó Ohm.

-con mi hermano, al parecer los muchachos se metieron en problemas.-  dijo Kinsai quitándole la corbata a Ohm.

-¿acaban de llegar y ya se metieron en problemas? ¿Qué clase de problemas?- dijo Ohm poniéndose de pie, acarició  la mejilla de su esposa.

-líos amorosos.- dijo Kinsai antes de recibir los labios de Ohm, el beso era cálido, suave.

-no me digas que uno de ellos embarazó a una chica.- dijo Ohm al separarse del beso.

-no, ¿como crees?- Kinsai habló con los ojos cerrados, disfrutando de los besos que su esposo dejaba sobre su cuello, disfrutando de las caricias que dejaba sobre su cuerpo.

-los... los pillaron... besándose en la escuela.- su respiración era pesada, impidiendo hablar con claridad.

-¿con quién?- preguntó Ohm levantando a su esposa, haciendo que ella rodeara su cintura con sus piernas. Deslizó su mano hacia su cadera, acariciando y apretando el redondo trasero de su esposa.

-ellos dos... estaban besándose en la escuela.- dijo Kinsai apartando a Ohm. -no quiero hablar de mis sobrinos mientras hacemos esto.- aclaró cuando vio el ceño fruncido de Ohm.

-entonces cambiemos de tema.- dijo Ohm acercándose para retomar el beso.

-bájame,  no he preparado la cena.- negó Kinsai.

-pero quiero hacerlo.- suplicó Ohm.

-ve y toma un baño, cenaremos cuando salgas.- dijo Kinsai y Ohm no tuvo más opciones que dejarla ir, sin antes golpear el trasero de su esposa, sonrió cuando esta soltó un quejido.

Entró a la habitación de su hija, viendo como ella corría de un lado para otro, le preguntó que hacía.

-estoy preparando mis cosas, mañana iremos a acampar y veremos las estrellas y a los osos.- dijo imitando a los osos que veía en TV.

-¿Estas emocionada?- Ohm se sentó en el piso, junto a donde Sarai tenía su pequeña mochila.

-sí, mañana también veré a mis hermanos y ellos me traerán regalos por mi cumpleaños.- dijo totalmente entusiasmada, la idea de recibir regalos le hacía feliz, pero sus hermanos, como ella les llamaba, tal vez no irían,  por sus líos amorosos, pero claro, Ohm no se lo diría al verla sonreír ampliamente. Se lo diría mañana.

-mañana, mañana. Será un largo fin de semana.- pensó, ya que no podrá ver a Gulf, por lo tanto no podrán aclarar las cosas, el porqué de ese beso entre él y Bright.

Sin más, dejó a su pequeña seguir empacando y se dirigió a su habitación para tomar un baño.

ESTO NO ESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora