Amor, ¿Me Haces Un Favor?

~ Totalmente Entregada ~

Me quedé callada y sin que ningúna dijera una sola palabra, Erika volvió a bajar la venda de mis ojos dejándome sin ver otra vez.
Me guió al centro de la cama y aún estando en silencio, yo misma regresé a la posición de perrito.

Sentí su peso una vez detrás de mí, justo frente a mi trasero.
Subió mi falda, y continúo lo que ya había empezado.
Pude sentir su lengua en mi ano. Una vez más tuve una contracción, pero esta vez no huí.
Pasaban los minutos y cada vez sentía su lengua más y más adentro de mi ano. No pude aguantar más y solté un gemido de placer.
Mi pene comenzaba a gotear.

Después de un rato, paró y solo me preguntó:

Erika: ¿Y qué tal?

Luna: Increíble... - Dije estando totalmente excitada.
Pensé que eso sería todo, pero no podía estar más equivocada.

Sentí como Erika me tapaba la nariz sin aviso, haciéndome abrir la boca automáticamente. Esos segundos fueron suficientes para meterme un plástico firme, duro y muy largo en la boca... Ahí estaba yo, con el ano totalmente húmedo, la falda subida, el pene escurriendo, en posición de perrito y ahora con un dildo en la boca.

Erika: Perdón, amor. Pero no creo que esto lo hubieras hecho fácil. Solo déjate llevar.

No sabía que pensar, mi novia me estaba violando... Pero, ¿por qué estaba más húmedo ahora? ¿Por qué esto me excitaba tanto?
No sé cuánto tiempo pasó, ni en qué momento fue, pero al cabo de un rato yo ya estaba mamando y succionando ese plástico. Pasaba mi lengua por todo al rededor del pene, cada vez estaba más adentro de mi boca gracias a Erika.
Mi instinto me hizo incluso morder el dildo. Estaba gozando como loca el momento.

Y tal y como había sido antes, Erika sacó el dildo de mi boca, pero esta vez no fue cambio de material, sino de lugar.
Rápidamente fue de mi boca, a mi ano...
Con el ano aún un poco húmedo, y ahora el dildo lubricado por mi propia saliva, Erika se abrió paso entre mi culo fácilmente.

El dolor fue insoportable, grité desesperadamente. Pero Erika solo me decía "Calma. Vas bien. Relájate preciosa. Piensa en blanco".
Mi ano me ardía, el dolor no cesaba. Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.
No lo podía gozar, era horrible...

Así seguimos unos largos minutos, tal vez más de una hora. El dolor poco a poco fue haciéndose menor, pero aún no era del todo agradable.
En un movimiento rápido y fuerte, Erika nos giró, haciendo que ahora no estuviera sentada encima de ella, lo que provocó que todo el dildo entrará en mi ano.
Ese fue el punto culminante.
El sentir todo dentro de mí hizo que mi pene dispara con brutalidad chorros y chorros de semen. Solté un gran gemido y solo pude gritar: ¡SÍ!

No obstante, Erika no me dejó salir y siguió haciéndome saltar más y más en el dildo. Por fin, por fin lo estaba gozando, me encantaba.

Luna: ¡Sí! ¡SÍ! ¡SÍ! ¡Así, Eri! ¡Más! ¡MÁS! ¡MÁS!

Erika: ¿Ahora sí te gusta, no?

Luna: ¡Sí! ¡Me encanta! ¡MÁS!

Erika: ¡Así me gusta! ¿Quién es mi putita?

Luna: ¡YO! ¡YO! ¡YO!

Estaba en éxtasis. El mejor momento de mi vida.
Ya ni siquiera era Erika quien me hacía brincar, yo sola estaba dando sentones. No quería parar, quería más y más. Finalmente me vine una vez más y ahí caí rendida.

Al cabo de un rato desperté, Erika estaba lamiéndome en ano una vez más. Nada mejor que despertar así.

Erika: ¿Ya despertaste?

Luna: Sí...

Erika: Excelente. Vamos con lo que sigue. Mientras dormías seguías sacando semen del pene. Así que junté todo lo que pude en una jeringa...
Abre la boca y saca la lengua.

Estaba pérdida, no sabía ni quién era, aún no veía nada. Solo hice lo me pidió.
De pronto sentí como caía ese líquido espeso y caliente en toda mi cara, y claro, en mi boca.
Y para acabar metió la jeringa en mi boca y ahí soltó todo lo que quedaba. Fue una gran cantidad de semen. El sabor era muy raro, pero me encantó. Tragué todo hasta pedir más.

Erika: Te acabaste todo. Qué linda, mi niña. Duerme otro rato, ya no tengo nada más para tí.

Volví a caer a la cama y sin más tomé otra siesta...