~ Nada Mal ~

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Iba camino a casa después de la comida con la familia de Erika. No podía dejar de revisar si había salido todo el maquillaje desde la cámara de mi celular; lo mismo con mis uñas, no quería que hubiera una sola muestra de berniz.
Pero al final todo era exageración mía, todo estaba en orden, solo olía un poco a mujer, pero eso claro que estar rodeando solo de mujeres.

Llegué a casa, saludé a mamá y a mi hermano, les platiqué mi día y todo muy normal en general, claro que omití el hecho de que fue una comida vestido de mujer.
No hubo muchas más novedades, ni preguntas y no notaron nada raro.
Paso el resto del día y cayó la noche. Decidí irme a acostar, pero no podía dormir. Estuve pensando demasiado en lo que había pasado ese día:

"Qué día... Creo que les agrade a sus tías, madre y abuela, lo único malo es que no sabían que en realidad soy un chico. Amaría que me quisieran por lo que soy, pero Erika sabrá como arreglar esto..
Ah, pero enserio me veía muy linda como chica, nada mal. La ropa era muy cómoda. ¿Me gustó? No lo creo... ¿O si? Nha, qué tontería. Solo fue el momento, todo sigue igual.

Después de un rato, por fin pude dormir. Aunque tuve un sueño bastante peculiar:

Estaba en un parque con Erika y unos amigos, entonces Erika ponía su cabeza en mi hombro, yo la volteé a ver y me dijo: "Te ves hermosa", y antes de procesar sus palabras me dio un beso, un largo, largo beso. Finalmente nos separamos, y cuando me ví bien tenía puesto el uniforme que use esa tarde.
Pero no era un sueño en el que fuera una chica real, era solo yo, un chico vestido con el uniforme escolar femenino.
Después Erika se levantó tomándome de la mano, se despedía de nuestros amigos e íbamos camino a su casa. Entrábamos a su habitación, cerró con llave y vini hacia mí. Volvió a besarme tiernamente, me estaba dominando. Ella tomó el Rol de Activa y por ende, yo era el pasivo.
Comenzó a acariciar mis piernas, las cuales que sentí estaban depiladas. Caminamos hacia su cama sin separarnos del seguimos beso. Lentamente me bajaba la falda, me sacó el suéter y me abrió la blusa. Solo me dejó en brasier, con unas pantis azules a juego y mis medias blancas que me cubrían hasta la rodilla.

Siguió besándome, mientras me seguía repitiendo constantemente "Eres hermosa". Poco a poco empezó a bajar mi panti dejando mi pene erecto al aire. Me empezó a masturbar cada vez más rápido. Yo solo gemía como loco.
De golpe se detuvo, y sin quitarse la falda se sacó la ropa interior. Subió su falda y se sentó en mi pene. Había entrado en su ano. Empezó a moverse de un lado a otro con movimientos lentos pero poco a poco fue subiendo el nivel. Tomó mi mano y la condujo hacia su vagina y comencé a masturbarla.
Estaba en éxtasis. Ambos gemiamos como locos, hasta que ambos nos venimos.
Ella salió de mi pene, se acostó a mi lado, y me dijo: "Nada mal, mi niña".

Ahí desperté.

Lo confirmo... Me gustó vestirme como una chica.

Por la mañana me arreglé para irme a la escuela, pero a la hora de entrada no encontré a Erika así que fui a mis clases normales. Pasaron 3 horas aburridas y finalmente llegó la hora del descanso.
Fui a buscar a Erika como siempre, fuimos a comer, todo normal.

Erika: Oye amor... Hay algo que quiero decirte...

Yo: Me gustó vestirme de mujer.

Erika: ¿Qué

Yo: Pensé ocultártelo, pero no. Te amo, Eri. Y no te quiero ocultar nada.

Erika: Amor, sabes que te voy a aceptar como sea. Te amo, y yo te puedo ayudar cuando quieras.

Yo: Gracias, mi niña.

Erika: ¿Entonces? ¿Igual te gustan los chicos?

Yo: ¡Nop! Para nada... Eso si que no.

Erika: Jeje Eso no tendría nada de malo. Solo fue curiosidad.

Yo: Bueno... Pero, ¿qué me ibas a decir?

Erika: Ah sí... Bueno... Lo que pasa es que, bueno... Sí se dieron cuenta de que eres hombre...

Yo: ¿!Enserio!? ¿¡Pero qué me delató!? ¿Mi voz? ¿Mi actitud?

Erika: Más bien, tu amigo "P"... Nuestro beso lo alteró.

Yo: Carajo... ¿Y qué te dijeron?

Erika me explicó todo lo que le dijeron en casa, yo sin problemas entendí su miedo y no me importó. De cualquier modo esto me ayudó a descubrir otra parte de mí.
Dejamos el tema, seguimos con la comida, terminó el descanso y siguieron las clases normales.

Llegó la hora de salida, alcancé a Erika en su salón y la fui a dejar a su casa, esta vez si llegué a la puerta como un chico.
Erika tocó y su abuela abrió la puerta.

Sra. Carmen: ¡Oh! Hola, Luna.

Erika: ¡Abue! Ya te dije que se llama..

Yo: Déjalo, amor. Así me conoció, así se queda. Bueno, señora Carmen, aquí está su nieta, sana y a salvo.

Sra. Carmen: Eres todo un caballero, joven. ¿Algún día regresará Luna?

Yo: Claro que si, cualquier día especial estará Luna aquí.

Erika: BUENO... En 3 semanas tu novia cumple años. Luna seria un lindo regalo.

Yo: Aquí estará, amor. Bueno me tengo que ir.

Me despedí de Erika con un beso. La señora Carmen me dio una bendición.
Llegué a casa con normalidad. Todo perfecto... Nada mal.

Amor, ¿Me Haces Un Favor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora