10

106 13 3
                                    

Estuve más de seis noches sin dormir y no podía mantenerme en pie. Los ojos me escocían bastante y de verdad que necesitaba descansar unas horas. Pero eso me era posible, tenía que terminar los informes sobre Ishval, ya que podría encontrar más información sobre mis padres biológicos y, de paso, quitarle trabajo a mi padre. Después de beber unos doce litros de café durante la semana, ya casi había terminado. Pride no había vuelto a invitarme a su casa, por lo que supuse que se habría enfadado conmigo por lo ocurrido unos días antes...

Te gusto, ¿no es así? —dijo orgulloso, acariciando mi mejilla.

—Creo que Selim me gusta un poco —confesé, sintiendo mi rostro arder.

—¿Selim? —frunció el ceño—. ¿No te gusta lo que soy de verdad?

—Esto... Yo...

¿El beso no significó nada para ti?

Pride me gusta mucho más que Selim, pero no quiero admitirlo. Y el beso fue lo mejor de mis últimos dieciséis años.

—No..., sí que...

—Es suficiente —interrumpió—. No quiero escuchar más.

Por eso estaba enfadado conmigo. Selim me gusta, aunque Pride me encanta. ¡No tengo tiempo de pensar en esto! Tengo que terminar pronto...

—(T/n) —entró King Bradley, serio.

—¡Gran General! —me levanté, cubriendo los informes.

—¿Sabes algo de Selim? Hace unos días que no vuelve a casa y realmente estoy preocupado.

—¿Ha... desaparecido...?

No tardé más de dos minutos en guardar todo en mi mochila y salir corriendo al bosque. Seguro estaba allí, recuerdo que alguna vez me dijo que le gustaba refugiarse entre los árboles y la penumbra, lejos de todo y todos. Llegué al lugar más parecido a un bosque y lo busqué a gritos.

—¡Pride! ¡Pride, ¿estás ahí?! —grité mientras lo buscaba.

—Pride no quiere verte —sonó su voz, encima de un árbol cercano.

—¿Por qué no, Pride? ¿Estás enfadado? ¿Podemos hablar? Por favor —miré a la rama en la que reposaba, escondiendo su rostro entre sus manos.

¿Era éste el homúnculo del orgullo? No lo parecía.

—Claro que lo estoy —respondió molesto.

—Baja, por favor —supliqué—. ¿Qué quieres? ¿Qué me ponga de rodillas?

—No estaría mal.

Tomé una bocanada de aire y me puse de rodillas lentamente. Mi dignidad me ha abandonado, eso está claro.

—Por favor, Pride, te lo ruego...

—Te ves linda suplicándome —sonrió, levantando mi mentón.

¿En qué momento había bajado?

—Te responderé solo por eso.

—¿Por qué estás molesto? ¿Es por lo de...?

—Te gusta Selim, no yo. Selim no existe. Yo creé una personalidad acorde a mi tapadera. Entonces, ¿por qué no te gusto?

—Pride, creo que me he enamorado de ti —confesé, dejando escapar la poca dignidad que me quedaba.

—Eso está mejor —relamió sus labios.

—¿Tú... sientes algo por mí? —pregunté. Aun si ya me dio indicios de lo que sentía en ocasiones anteriores.

—Esto deja mi orgullo por los suelos pero... te amo.

Sus palabras resonaron en mi mente todo el día. Nos despedimos cuando Bradley llegó a recoger a Pride y yo volví a la Central, a terminar mi tarea y, si me daba tiempo, dormir un rato.

Orgullo [Pride x tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora