Alex intentó calmar los erráticos latidos de su corazón, porque sabía que tanto Kara como Lena podían oírlos, pero sus nervios estaban a flor de piel. Caminaron por el DEO en absoluto silencio, el aire era tenso entre ellas. Maggie era la única que tenía una sonrisa brillante, y Alex no podía culparla. Era una situación divertida, y Alex se habría alegrado plenamente si no estuviera tan preocupada.
Entraron en una sala de interrogatorios vacía, Maggie se situó a un lado para dejarles espacio y Kara se detuvo de forma protectora frente a Lena. Tenía el pelo un poco revuelto y un lado de su capa se había desgarrado, pero aparte de eso era la misma prominente y fuerte de siempre. La mirada que dirigía a Alex no la hizo sentirse mejor. Abrió la boca para empezar, pero Kara levantó una mano.
"Antes de que digas algo" dijo Kara, "permíteme empezar diciendo que será mejor que no menciones el hecho de que Lena es una Luthor. Lleva un tiempo trabajando aquí y ha demostrado con creces su valía desde que llegó. Pero también sé que te pones en modo protector loco cuando se trata de mí, y esta es la única vez que realmente no lo aprecio". Tomó un respiro apresurado, y luego continuó con prisa. "Entiendo que estés preocupada, pero no me arrepiento de esto y realmente no aprecio que me hagas sentir que esto no debería haber ocurrido. Lena es buena, ¿de acuerdo? Es una persona increíble y no creo que nadie haya sido tan bueno para mí".
Alex levantó una ceja. Lena tomó en silencio la mano de Kara entre las suyas y la acercó hasta que estuvieron una al lado de la otra. No hizo ningún comentario, pero Alex pudo ver claramente el aprecio y la sorpresa en el rostro de Lena. Cuando Kara la miró a los ojos, Alex se dio cuenta de que estaban a punto de tener un momento, así que antes de que pudieran ahogarse en la mirada de la otra, levantó ambas manos.
"No iba a atacar a ninguna de las dos", se apresuró. Kara levantó una ceja. "Vale, quizá un poco. No es..." Exhaló un suspiro. "Jesús, no es porque Lena sea una Luthor, ¿vale?". Se giró para mirar a Lena. "Yo también te adoro, lo sabes, ¿verdad? Como dijo Kara, has ido más allá para demostrar que no eres como tu familia, y mentiría si dijera que no he llegado a considerarte una amiga. Es decir, eres brillante". Juntó las manos y cuadró los hombros. Sinceramente, deseaba poder hacer esto con Lena a solas, pero sabía que Kara se negaría a dejarla. Y además, tenia súper oído. "Antes de aceptar esto entre ustedes dos, necesito preguntarte una cosa".
La mandíbula de Kara se tensó de esa manera que le decía a Alex que quería discutir, pero Lena la tiró ligeramente y sonrió. "Kara, cariño, está bien. Es tu hermana y se preocupa". Se volvió para mirar a Alex. "Pregunta lo que necesites, Alex".
Ella exhaló. "De acuerdo. Genial. Lena, yo sólo..." Ella señaló entre ellos. "¿Esto es más para ti, también?"
Lena frunció las cejas. "¿Más que sexo?"
Maggie soltó una risita y Alex sintió que se le calentaba la cara. Movió los pies, incómoda. "Sí".
"Por supuesto. Kara y yo... hemos decidido que, independientemente de lo que signifique este accidente para mí, vamos a intentar estar juntas. Alex, tu hermana significa el mundo para mí. Lo ha hecho desde el momento en que la conocí".
Alex asintió. "Vale, vale, sí. Eso es genial. Porque si haces daño a Kara, te juro que no hay ningún sitio al que puedas volar que no te encuentre".
Lena se rió. "Me lo esperaba. No prometo no hacer nunca daño a Kara, porque en el fondo sigo siendo humana. Pero puedo prometer que haré todo lo posible para no herirla nunca intencionadamente".
Kara estaba radiante. Parecía más feliz de lo que Alex había visto nunca, lo que alivió la rabia que había guardado. Era difícil para ella, a veces, darse cuenta de que tenía que dejar ir a Kara. Kara ya no la necesitaba tanto como antes, y a veces eso hacía que Alex se sintiera un poco desubicada. Era terrible sentirse así, pero lo hacía, y sólo el tiempo la ayudaría a relajarse pensando que Kara estaba absolutamente bien sin que ella estuviera allí para cuidarla.
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Restricción (SuperCorp)
FanfictionLena siempre había sabido que existía una atracción innegable entre ellas, una atracción a la que Kara era la única lo suficientemente fuerte como para resistirse. Y ahora su única razón para resistirse había desaparecido, y Kara la miraba como si n...