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Las respiraciones en la sala eran tranquilas, mientras uno se hallaba  cansado el otro solo descansaba a su lado

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Las respiraciones en la sala eran tranquilas, mientras uno se hallaba  cansado el otro solo descansaba a su lado.

Su marido había tenido que salir antes del trabajo por unos inconvenientes de salud.

No pudo evitar sentirse altamente preocupado, después de todo ya es algo parecido a una parte de su ser, además, se trataba de su esposo saliendo temprano del trabajo. Justo cuando siempre ha sido la persona con más espíritu laboral que se queda hasta el final por acabar sus tareas, acepta horas extra aun que no le paguen.

Quizá, pudiera ser que haya sido eso mismo lo que lo obligó a retirarse, había veces en las que no desayunaba o sus horarios de sueño eran sumamente alterados. Una sobrecarga de estrés y su mala alimentación podrían tener relación a sus malestares.

一 Oye, ¿no crees que te sobre exiges demasiado?

El ojirojo se separo de su lado y parpadeó viendo su rostro, como reacción lo tocó para saber si no tenía algo en la cara.

一 ¿Qué insinuas? 一 entrecerró los ojos de manera juzgante, ¿estaba diciendo que tener un gran espíritu laboral era sobre exigirse?, no lo podía creer.

一 Ahh, little cherry, no lo creo, lo es.

Maldito, olvidaba que gracias a la marca ahora podía leer sus pensamientos con más emociones en el medio.

Eso lo indignó, con los brazos cruzados le dió una mirada más de arriba a abajo a ese estúpido alfa que tenía como marido y huyo de la sala a pasos agigantados, sabía que el peliverde planeaba seguirlo.

Llamenlo un resentido más, pero que recriminen sobre su espíritu laboral es algo que lastima su orgullo, meterse en vidas ajenas no es para nada masculino, además que realmente estaba muy sensible.

一 ¡Oye, lo siento!, no era mi intención... 一 chillaron por fuera de la habitación.

No le hablaría, no. La ley del hielo siempre es la mejor alternativa y ¿por qué no usarla ahora mismo?

一 ¡O-oye!, ¡por favor, no me ignores!

Izuku por fuera, se mordía las uñas de los nervios, armando mil teorías de qué pudo hacer mal para que su marido se comportará de esa forma, ya que usualmente no suele ser de esas personas.

Pero bien, una noche en el sofa al año, no hace daño ¿verdad?

Una noche sin calor, sin comodidad, sin amor, sin ese olor tan dulce que el omega ha comenzado a soltar desde hace más de un mes.

一 ¡Izuku! 一 le gritaron desde la habitación y sin pensarlo corrió desesperado hasta la puerta.

Al llegar sonrió entusiasmado, pero su emoción se esfumó junto a la puerta abierta que creería ver. Justo iba a marcharse cuando algo pego con su pie descalzo, era frecuente que estuviese así, la casa tenía una bonita alfombra roja que cubría el frío del suelo.

𝙃𝙊𝙈𝙀 © 𝘋𝘒𝘒𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora