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Cuando despierta encuentra a su omega llorando, en silencio, puede notar su esfuerzo en sus labios hinchados por morderlos y se levanta alarmado por no saber desde que hora pudo haber estado pasando eso

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Cuando despierta encuentra a su omega llorando, en silencio, puede notar su esfuerzo en sus labios hinchados por morderlos y se levanta alarmado por no saber desde que hora pudo haber estado pasando eso.

Escucha respiraciones profundas, su marca delata dolor.

一 C-cariño, ¿qué ocurre?

El teñido 一 ya no tanto como ates 一 solloza aún más por oír al alfa preocupado, no quería hacerlo sentir así. No planeaba despertarlo hasta que su dolor incrementara.

一 Amor, no estoy molesto, ¿ok? 一 con cariño y cuidado se alza un poco en el colchón para poder alcanzar la frente del omega y besarla, liberando su olor que le haría saber un “estoy aquí”, enredar sus brazos en la muy reducida cintura 一 debido al vientre grande一 del otro y acariciar con la yema de sus pulgares la piel sumamente estirada con el paso de los meses, con estrías y un poco menos suave que la de una omega femenina.

一 D-duele, mucho, pero no quería despertarte... siempre tan pendiente de mí y y-yo tan inútil que te hago levantarte tan temprano en tus días de descanso... salir en las madrugadas frías, hacer todo cuando estás tan cansado.

Sus ojos rojos se llenaron más de lágrimas que apenas se notaban por la mínima luz que las espesas cortinas de la habitación dejaban pasar, una iluminación gris y un viento frío que se colaba por debajo de las ventanas más grandes y anchas con destino al primer balcón que estaba exactamente en su recámara.

一 A-ah, no llores-, no importa ¿sabes? el cansancio no existe cuando se trata de ti, no eres alguien inútil, solo tu gran pancita que no te deja hacer nada. ¡P-pero! 一 se detuvo de tajo, pensando bien sus palabras para no molestar o lastimar al chico entre sus brazos que ya tenía toda su atención en él 一 recuerda que ahí está nuestro bebito, tú estas haciendo excelente trabajo al cuidarlo muy bien, ya pronto lo conoceremos.

El embarazado acepto aún consternado cuando el dolor le llegó de nuevo y miro aterrado a su esposo, aferrandose a sus brazos y llorando fuerte sobre su pecho.

一 ¡Ya viene...!

El susurro era lastimero, para él no solo era el dolor de las contracciones, también el de la marca al compartir las sensaciones con su alfa, algo instintivo que toda pareja destinada y enlazada tendría a sentir o transmitir en momentos como esos donde una emoción era demasiado intensa o había una situación de peligro y sus derivados.

Sobre todo estaba la mentalización, su martirio se iba más a lo emocional y psicológico al temerle no sólo a su primer parto, también a como será, si empeñara bien su trabajo, él no era alguien muy delicado, por eso la sociedad siempre se burló indirectamente en su cara por ser alguien “tosco” abriéndole una herida interna que al no tener alguien a quién contárselo, jamás pudo cerrarla.

Ahora temia por ser alguien demasiado fuerte como para lástimar a su bebé y/o avergonzarlo por ser alguien que simplemente no era muy acostumbrado a verse como un omega “tradicional”, por qué si bien muchas revistas hablaban de él en su debut como el nuevo héroe que “rompía estereotipos” tuvo su ventaja al cumplir su sueño de inspirar a más personas, plasmar el lema en su corazón de que las apariencias siempre engañan, también sobre el amor propio y la auto-superación. Finalizando en un mal rato al darse cuenta que fuera de nutrir el autoestima de algunos también era fuente de dinero para otros jugando con su imagen para simple marketing por ser la sensación del momento.

𝙃𝙊𝙈𝙀 © 𝘋𝘒𝘒𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora