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Con ternura admira como el omega palmea su vientre aún sin curvaturas, mientras miraba la vitrina que albergaba pasteles con cubiertas entre el rojo y el blanco juntos, ya sea con rosas de betún, fresas barnizadas, mermelada roja de cubierta o dec...

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Con ternura admira como el omega palmea su vientre aún sin curvaturas, mientras miraba la vitrina que albergaba pasteles con cubiertas entre el rojo y el blanco juntos, ya sea con rosas de betún, fresas barnizadas, mermelada roja de cubierta o decoraciones similares.

Soltó una pequeña risa cuando el más alto le sacó la lengua por seguir sin poder escojer entre tantos.

Que, confiesa, es capaz de comprarle aproximadamente dos o tres, el trabajo es bueno y paga bien, además es un pequeño privilegio por ser uno de los favoritos del jefe. Claro, no se le hace justo pero esta vez acepto la paga de más solo por ver feliz a la persona que ama.

一 Alfaaa 一 chilla.

Él reaccionó, lo miró comprensivo, se acercó tranquilo hasta él y tomó de su calida mano para asegurar que estba ahí y toda desición que tomara para él estría bien. Al final de cuentas es elección suya.

Ya más tranquilo el ojirubi comenzó a vagar en el mismo pasillo donde los pasteles de su color favorito relucían en los estantes limpios y ordenados, dignos del lugar donde han ido a comprar.

一 ¡Quiero este! 一 le muestra sus dientes filosos y con sus manos detiene un pastel completamente blanco con orillas decoradas por cerezas y un dibujo plano de un tiburón color rojo.

Según la descripción su relleno es simple de crema batida y fresas a la mitad.

No está enfadado, simplemente sorprendido de la sencillez que ese omega carga, pudiendo escojer inclusive uno de tres pisos, se fue por uno que puede comerse en menos de una semana.

Feliz camina aún de su mano y en la otra el pastel, cargándolo como algo sumamente preciado.

Lo intenso se da cuando están frente a la caja y las hormonas son dignas de hacer un show, él no quiere entregar su pastel, ¿y si se lo roban?

一 Vamos, cariñito. Solo es un segundito, microsegundito 一 sus dedos pulgar e índice forman una pinza.

Se niega rotundamente, está a punto de hacer una rabieta si alguien no deja de insistir en que ese pastel es suyo y que ellos solo quieren quitárselo para después comerlo sin darle ni una rebanada.

一 ¡Ei, mira!

Izuku lo entretiene y le arrebata el pastel rápidamente de las manos, la cajera rie y lo registra ya previamente empacado.

Su chico teñido sigue buscando que es eso que le ha señalado, se puede dar cuenta en su cabeza y la forma en que la mueve. Ahora se siente un poco culpable, pero es capaz de reconocer que si no es de esa forma, no será de ninguna otra. Conoce suficiente al omega interno de su pareja y sabe que es demasiado caprichoso al momento de llenar por completo su ser.

Cuando van en el carro nadie dice nada, el incrédulo alfa piensa que todo está relativamente bien, pero no es así. Él está muy enojado por que lo engañó, no solo para quitarle su pastel, también con la cajera.

𝙃𝙊𝙈𝙀 © 𝘋𝘒𝘒𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora