La vida da muchas vueltas, es como un libro, nunca sabrás que podrá suceder. Ese fue el pensamiento que siempre llevo Chiara, una chica que amaba bailar y disfrutar de su vida a pesar de todo. Pero que raro es el camino no? Terminar enamorandose de...
A veces dicen que tú no puedes vivir sin algo, que es lo que te mantiene de pie. Como esa tabla que cuando caminas no te deja caer al precipicio, como el agua que no puedes durar mucho tiempo sin el porque sientes que ya no puedes más. Todo eso era Pietro para Chiara, el no saber de él en esas últimas horas la estaban matando en vida, lo llamo hasta el cansancio, sin embargo, solo escuchaba la voz de ella contestadora.
Como había dicho alguna vez ellos nunca habían discutido esos últimos 4 años, nunca de manera seria y cuando sintió que el la estaba odiando a muerte no pudo evitar sentirse como la persona más culpable de este mundo. Sentía que le había fallado a el y a ella misma también, sabía que estaba molesto, y molesto era poco y todo por ella.
Chiara se durmió a eso de las 3 de la mañana, con unos ojos que le ardían a más no poder, y sus sollozos que eran fondo antes de caer profundamente dormida.
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Se levantó a eso de las 6 de la mañana, tan solo había podido dormir 3 horas y algo, y no era suficiente pero antes de que pudiera volver a conciliar el sueño, sintió que ese dolor de cabeza volvía. Desde hace unos meses ella había obtenido gracias a su enfermedad una migraña severa, que la hacia sentir como si un taladro estuviera en su cabeza intento llegar justo al punto débil del cerebro y el sistema nervioso, colapsando absolutamente todas las funciones de su cuerpo.
Decidió que era hora de despertar, además de que en menos de 12 horas se encontraría bailando frente a miles de millones de personas, tan solo para representar a su patria, a su querida Italia.
-Hola -Murmuro la adolescente sentandose en el mesón de la cocina -
-Oh Dios!! Chiara que te paso? -Pregunto su madre al ver su aspecto tan demacrado -
-Nada, problemas...-
-Si no quieres contarme está bien -Dio un suspiro - Pero por lo menos déjame ayudarte, no es por ser mala, pero te ves terrible -
-Oh muchas gracias mamá -Contesto con sarcasmo con una sonrisa - Que hay de desayuno? -
-Que bueno que preguntas, hice un poco de todo, hoy tienes que alimentarte muy bien - La castaña no pudo evitar sonreír un poco ante la emoción de su madre -
-Bueno comencemos a desayunar, luego tengo que llevarte a la academia -La adolescente asintió para luego comenzar a desayunar -
Por otro lado eran ya las 8 am lo que significaba que ya todo se encontraban en horario de clases, sin embargo, la concentración de todos los chicos de 2d estaba puesta en un castaño ojo azul el cual había llegado de mal humor, ni siquiera quizo hablar con alguien paso directo al salón y se colocó los audífonos ignorando el exterior.
-Y este que le pasó? -Pregunto Miquele hacia Guilio, el cual miraba preocupado a su amigo -
-Problemas -Fue lo único que le contesto antes de dirigirse hacia el ojiazul -
