Paulette
[Primer capítulo narrado desde la perspectiva de Paulette]
Otro día de instituto.Optó por usar una falda de cuadros morada corta, que me queda un poco más arriba de las rodillas. Junto con un abrigo de lana morado con flores blanca que me queda algo grande, agarró unas medias blancas largas y unos zapatos negros. Cepille mi largo cabello rubio y me pongo un poco de maquillaje. Me queda bastante bien.
Bajo las escaleras y ahí veo a mi familia desayunando. Tomo asiento en el lado de Oli, mi hermanito menor que tiene tan solo ocho años.
— Te pareces a una uva — habla el pequeño demonio apenas me siento en la silla — No me gusta. Te ves fea.
— Porque no tienes un mínimo sentido de la moda — acomodo mi cabello y agarró un vaso de jugo de naranja — Si tuvieras ahí si serías el favorito de la familia.
— Soy el favorito y te duele — me saca la lengua y lo miro ofendida..
— Tranquilos — dice mamá con una sonrisa y su voz relajada — Es muy temprano para peleas, mejor desayunamos.— ¡Quítate perro del demonio! — grita papá y todos lo miramos con mala cara — Se quería comer mi tostada.
Nuestro pobre perrito Willy sale corriendo escaleras arriba.
— No lo trates así — lo regaña mamá y el asiente con la cabeza — No tiene la culpa de querer jugar.
— Ese perro no quería jugar...
La mirada que le lanza mamá a papá lo deja callado. No dice ni una sola palabra, solo sigue comiendo.
Desde que era pequeña estaba dispuesta a ser igual que mamá. Amaba como se vestía y los maquillajes que se hacían. Cómo la gente la saludaba y como todos la amaban, como si fuera una diosa. Ella jamás decepcionaba a nadie y sabía que decir siempre. Mamá aunque se muestra tranquila y relajada, tiene un carácter fuerte.
Cuando entre a la adolescencia supe que era imposible parecerme a Anastasia Evans. Solo podía ser yo, Paulette. Siempre fallaba en algo y terminaba decepcionando a todos pero sobre todo a mi. A mis quince años me inscribí en un concurso de modelaje, como mamá cuando era joven, ella era tan hermosa que ganaba en todo. Iban a elegir a la mejor para que fuera a Nueva York a competir con las más famosas estrellas. Estaba confiada en que iba a ganar, alardeaba y alardeaba. Todos tenían confianza en mi hasta que... Perdí. Desde ese momento entendí que jamás me iba a parecer a ella. Papá estaba decepcionado y desde ese día todo cambio, el perdió toda la confianza en mi. Y perdí mi misma confianza también.
Todos los de mi edad tienen su futuro planeado. Yo no sé que haré en el mío. Papá quiere que dirija su negocio, al menos hasta que Oli crezca y se encargue el solo. Pero no sé que es lo que quiero, no tengo algo por qué pelear en el futuro. Todas mis amigas saben que harán y están muy emocionadas. Pronto se acabará mi tiempo y papá tendrá que elegir lo que haré para toda mi vida.
Cuando terminamos de comer agarró mi bolso y me subo al auto para ir al instituto. Hoy tendré un día muy pesado. Tengo muchas tareas pendientes, se supone que soy la mejor de la clase pero en los avances es difícil tener todo organizado.Al llegar al instituto me encuentro con mis amigas.
— ¡Por dios Pau! — chilla Angela — Te ves increíble.
— Me encanta — coincide Kate — ¡Te ves toda una diosa!
— Es verdad — murmura Kia.
Kia es la más callada de todas, no le gusta gritar como Angela y Kate que parecen Loras.
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Una Apuesta Perdida
SonstigesElián y Augusto son mejores amigos desde la infancia. Pero su gran amistad se ve afectada por una rivalidad entre ambos cuando hacen una apuesta. ¿Que apuesta? Quien pueda conquistar a Paulette, la chica más popular, mimada y hermosa del instituto...