[Capítulo 6]

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                               Paulette

Termino de poner mi batido en su vaso y me giro a ver a papá que está leyendo un libro mientras termina su desayuno.

— ¿Feliz? — le pregunto.    

— No se porque te enojas — me dice — puedes hacer tu sola tu propio batido, no todo en esta vida te lo hará la empleada.

— Para eso le pagas ¿No?

— Para algo tienes tus manos Pau — habla Oli — Yo, ya tiendo mi cama solo.

— Nadie te pregunto Oli.

Agarro mi batido y me dirijo hacia mi auto. Hoy no me apetece que me lleven a las clases de ballet, prefiero ir sola. Ya tengo  mi traje puesto para no perder tiempo, entreno durante dos horas al menos para llegar a clases a tiempo, aunque siempre llego tarde. Hoy es un día muy atareado. Sin mencionar que son las cinco de la mañana.

Mientras manejo me escapó de atropellar a un perro, que suerte que no lo hice y puede tener mi conciencia tranquila. Mis padres odian que maneje y entiendo porque, cuando fui a la casa de mi abuela atropelle a su gallina, la iban a hacer sopa pero al final ella se negó a comerla entonces le hicimos un funeral, pero no es solo por eso, si no por el sin fin de partes que llevo.

Freno en seco cuando logro ver por la ventana del auto a un chico tirado en el piso y a tres más golpeándolo y pateando.  Estoy apunto de bajarme hasta que le veo el cabello blanco.

Elián Jones.

Me subo al auto y arranco.

Huye Paulette, rápido.

Le echo un vistazo y está tieso. Muy tieso ¿Y si lo mataron? Es una buena señal pero...

Me odiare durante toda mi vida.

Me bajo del auto y abro la cajuela sacando un bate de béisbol. Y me dirijo a los chicos que están golpeando al baboso de Elian.

— ¡Oigan!

Ellos se giran y me ven con una ceja alzada. Uno de ellos sonríe. 

— ¿Vas a jugar béisbol o...?

No lo dejo terminar porque le termino dando en la cara con el bate.

El cae al suelo agarrándose su nariz.

— ¡Mi nariz! ¡Me la rompió!

Sus amigos lo ven asustado. Así que le doy en el trasero a uno de ellos.

— Largo de aquí.

Ellos se miran entre si confundidos. Los dos chicos ayudan al Voldemort a levantarse y luego se suben a un auto rojo.

Me giro hacia Elián que me ve con solo un ojo abierto y el otro está tan morado que no lo puede abrir.

— ¿Estas loco? ¿Por qué dejas que te peguen?

— Quería saber que sentía que me destrozaran la cara — espeta con sarcasmo — Es algo que hago seguido ¿Sabes?

— Se supone que eres el que destroza cráneos¿Por qué te dejabas golpear?

— Eran tres Paulette — suelta un quejido cuando trata de levantarse sin éxito — Eran tres.

— Eso ya lo noté Elián — ruedo los ojos — En serio te ves mal.

— Me voy a morir Evans, y tu vas a presenciar mi muerte

Y claro que lo haría. Su cara está llena de sangre y tiene muchos moretones en todo su cuerpo, me preguntó si tiene debajo de la camisa. Lo miro sin saber que hacer.

Una Apuesta PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora