Noah desde chiquito tiene serios problemas para dormir. Duraba noches en su casa deambulando y buscando que el sueño le llegara como un abrazo cálido de su madre, pero simplemente no sucedía.
Creció y ahora con once años, él se alista para ir a su...
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"—¡Mira! ¡Mira! ¡Ya puedo tocar la batería y guitarra!
NOAH ESTABA PINTANDO EN SU cuarto, concentrado en no salirse de las líneas guías. A su lado, su hermano Rolf practicaba unos hechizos ya que estaba a nada de entrar a su tercer año en Hogwarts. En cambio, Noah tenía la esperanza de empezar ese mismo año.
Ya había cumplido sus once años y había pasado por el cumpleaños trece de su hermano mayor, ambos estaban listos. Uno para volver y otro para empezar.
—¿Cómo es Hogwarts? —pregunto aplanando un poco los labios y concentrado en su dibujo.
Rolf miro a su hermano con diversión. Estaba nervioso al no poder recibir su carta y tener que ir al colegio Ilvermorny de magia y hechicería, el cual estudio y habito su querida abuela paterna Popertina Scamander y claramente, Noah no quería eso.
Deseaba con todo su ser ir a Hogwarts y poder estar al lado de su hermano y conocer al famoso Albus Dumbledore, uno de los magos más poderosos del mundo mágico y que se ha enfrentado a grandes peligros, saliendo exitoso. Además de que su querido abuelo, estuvo a su lado en la primera guerra mágica y fue alguien importante para acabar con ella, además de estudiar en Hogwarts.
Solo esperaba con ansias que se cumpliera uno de sus pocos deseos.
—Es muy grande —fue lo primero que dijo recordando su primera vez al entrar en aquel gigantesco castillo y la emoción que logro generarle—. Recuerdo como si fuera ayer al subirme en aquella barca y ver el viaje. Cuando entre por aquellas puertas y me hicieron sentar para quedar en mi casa. Las clases, los profesores, mis amigos. Woah, es simplemente magnifico. Los jardines, el campo de Quidditch, ¡hasta el sauce boxeador era entretenido de ver!, el lago negro... vale la pena sentarse allí una tarde para platicar o simplemente ver el atardecer. La torre de astronomía es perfecta para escaparte por la noche y quedarte allí para ver las estrellas o tener momentos de paz...
Asombrado, Noah miraba a su hermano con completa atención. Eso se debía que Rolf hizo un hechizo para describir todo lo que le estaba relatando a base de sus recuerdos. Tardes, noches estrelladas, amaneceres y vio como el gran comedor era rodeado por una exagerada cantidad de estudiantes.
—Se ve asombroso... —dijo con una sonrisa en grande. Sus ojos brillaban y veía con emoción todo, simplemente estaba abstraído por entrar a Hogwarts—. Pero, a todas estas... ¿Hay algo que no te guste de allí?
Rolf al oír la pregunta soltó una risilla, ¿Algo que no le gustara de allá? ¡Muchas!
—El profesor Snape es un poco injusto con los Gryffindor's —admitió recordando las clases tediosas que tuvo al inicio con el—. Muchos profesores pusieron peso encima mío al ser hijo de nuestros padres. Andrew Scamander, un Hufflepuff en todo su esplendor y Agnes Burke, una extraordinaria Ravenclaw.
