Three

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"—¡Que genial! ¡Es hermoso el tren! ¿Qué tan rápido será?"

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"—¡Que genial! ¡Es hermoso el tren! ¿Qué tan rápido será?"

TODOS MIRARON A ANDREW SCAMANDER que tenía el ceño fruncido y sus ojos claros se encontraban mirando con atención a la persona. Su cejas estaban fruncidas y sus labios fuertemente apretados, al igual que su mandíbula.

A su lado se encontraba Rolf que estaba igual que su padre, teniendo una exacta imagen de ambos, la cual le saco una sonrisa a su madre.

—Anda —le incito Andrew—. Dilo ¿Qué harás?

La persona, con una mueca y una mirada afilada se dio media vuelta, y se fue. Sin mirar atrás y sin decir nada más.

—Que hombre tan horrible —dijo Agnes con un suspiro y llevo su mano al pelo de Noah para acariciarlo—. Noah, mi niño. No dejes que nadie te menosprecie, hay mucho hombres así de horribles y posiblemente, muchos que desearan e intentaran pisotearte.

—Vale, mamá....

Suspirando se acerco a su esposo con una sonrisa.

—¡Que valientes son! —beso a su esposo en la mejilla y a Rolf en la frente.

Noah, se sintió mal. Su padre y hermano le habían hecho frente a aquel hombre, mientras que el temblaba como chihuahua en los brazos de su madre. ¿Qué le pasaba? Se prometió nunca mostrarse débil y ahora, ahora lo había hecho.

Odiaba eso, verse débil y que otras personas lo defendieran. Primero su hermano y ahora su padre.

Enojado consigo mismo, miro la espalda del hombre y la cual se alejaba con prisa.

"Ignis*" Pensó en su mente y se vio un pequeño e indescifrable luz para ver como una potente flama abrazaba con fuerza la espalda de aquel despreciable hombre. A su alrededor la gente empezó a gritar asustándolo y sintiendo ahora el dolor. Su grito se escucho y vio como se tiro al piso para rodar y calmar el fuego.

Aparto la mirada rápidamente y siguió a su familia que estaban absortos en su mundo y platica. Sintiéndose mejor consigo mismo. En su mente deshizo el hechizo y siguió adelante con una hermosa sonrisa.





Noah, se movía de forma nerviosa de una lado al otro.

Sus padres hablaban abajo mientras que Rolf revolcaba su cuarto, guardando así las ultimas cosas que según el eran importantes. Noah, ya había hecho eso con mucha anterioridad, ordenando todo por tamaño, color y uso, justo como le enseño su madre.

Digamos que los días se volvieron tormentosos para el niño, ya que trataba de distraerse para no caer en la desesperación pero sentía que no era suficiente. Incluso practico un poco con su varita y le echo una repasada en los grandes libros que iba a usar este año. No solo eso, los sueños volvieron con fuerza y no queriendo preocupar a sus padres se encerraba en su cuarto y jugaba con su varita para pasar la tormentosa noche.

𝓘𝓝𝓢𝓞𝓜𝓝𝓘𝓐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora