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Mientras intentaba conciliar el sueño, escucho el ruido de sirenas de la policía.
Rápidamente me siento en la cama y voy a la habitación de Nathan para despertarlo.

Si, obviamente no dormiriamos juntos.

Toco y él abre la puerta con una cara angustiada.

— Nos encontraron...— susurró.

— ¿Crees que tus amigos hayan dicho algo? — pregunto desesperada.

— Imposible, ellos nunca harían eso.

— Bueno, entonces no se como nos han encontra...—antes de terminar de hablar, el sonido de la puerta me interrumpe.

— T/n y Nathan, ya sabemos que están ahí, habrán la puerta. — Oh, no. Esa era la voz de mi madre.

— No, no, no. Nathan no me dejes ir con ellos, por favor no quiero ir, no quiero. — empecé a tartamudear mientras lágrimas recorrían mis mejillas.

— Yo saldré, y tu escaparás por atrás, ¿si? En la cocina hay una puerta, esta detrás del repostero, sal por ahí. — dijo tomándome por los hombros y haciendo que lo mire.

— ¿Y dejarte que te entregues solo? No, no me iré sin ti.

— Oh eres tú o soy yo, haz lo que digo. — suplico con preocupación.

— Bien, yo...— murmure temblando.

— ¡SALGAN AHORA! —grito mi madre tocando fuertemente la puerta.

— Ve, yo estaré bien. — asentí. Me puse una sudadera y fui hacia la cocina.

Escuche como Nathan habría la puerta delantera y mi mamá le gritaba.

Moví el repostero y intentaba abrir esa puerta pero parecía trabada y cuando por fin pude abrirla sentí como me agarraban el cabello y tiraban de el.

— ¡Basta! ¡me duele! — grite llorando.

— Eres una mala hija, odio que seas mi hija. — me soltó y me agarro fuertemente del brazo para salir.

Cuando salí de la cabaña, vi dos autos de policías y a Nathan con sus padres.

El me miraba con los ojos llorosos y yo solo le dedique una sonrisa triste.

Vi como les dijo algo a sus padres y se empezó acercar a mi pero mi mamá lo detuvo.

— No te quiero ver cerca de mi hija, estúpido actor.

— ¡No lo llames así! ¡Tu ni siquiera eres una buena madre! — y me tiro una cachetada. Blair me miraba preocupado y los policías le dijeron algo a mi mamá cuando subimos a su carro.

Por la ventana vi a Nathan llorando mientras abrazaba a sus padres.

Yo solo pude llorar en silencio mientras regresaba al infierno.

CUTE EYES ; Nathan Blair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora