El primer encuentro de muchos

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El líder de la tribu Estoico el Basto había convocado a una reunión de mayor prioridad en el gran salón, en el cual todos los Vikingos adultos de la aldea se encontraban discutiendo sobre la constante amenaza de los dragones y de cómo sus ataques los afectarían durante el invierno que se acercaba cada vez más.

- Si no los destruimos, ellos nos destruirán, si encontramos el nido y lo destruimos los dragones se irán y buscaran otro hogar- dijo clavando un cuchillo en el gran mapa que tenia adelante- una búsqueda mas, antes de que se congelen los mares.

- Los que van, no vuelven nunca- se quejo alguien.

-Somos vikingos, son gajes del oficio- exclamo el jefe- ¿Quién esta con migo?

Algunos Vikingos se notaban algo desilusionados pues su plan ya había sido ejecutado muchas veces antes sin éxito alguno, solo la perdida de guerreros, suministros y embarcaciones.

Aquel líder recorrió el salón entero en busca de algún guerrero o guerrera que hubiera alzado el brazo para acompañarlo de forma voluntaria pero al terminar su inspección y no encontrar lo que buscaba con un ceño fruncido hablo de nuevo a volumen alto y exclamó con su profunda voz.

- ¡Los que se queden, cuidarán a Hiccup! - Cuando el líder termino de citar la oración casi todos los presentes que habían tenido algún problema con el hijo del líder u alguno de sus inventos alzaron su brazo e incluso se escuchaba por el fondo algunos preguntando la fecha de la partida al último viaje en busca del nido.

El jefe volvió a hablar para avisar a todos que fueran a sus moradas a empacar lo que fueran a necesitar para el viaje, afilar sus armas y despedirse de aquellos que eran muy jóvenes para ir o que no podían salir a una incursión de tal calibre y de forma nada ordenada los Vikingos fueron saliendo cada vez más del gran salón hasta que quedó vacío o eso creía el líder.

Pues en una de las mesas encontró a su compañero Gobber sentado en esa misma mientras tomaba un poco de aguardiente con una taza que también era una de sus prótesis modificadas y ya casi terminaba lo último del líquido de su taza y al terminarlo hablo.

- Bueno, empacare mis calzones - Dijo con completa naturalidad, cosa que el líder pensó como algo gracioso para alegrar un poco el momento y las cargas de cuidar una aldea entera, pero antes de que Gobber se levantará Estoico lo detuvo diciéndole.

- No, necesito que te quedes y entrenes nuevos reclutas - Le propuso a su compañero y cuidador de Hiccup desde que era chico, bueno, más chico.

-Haaa, y mientras yo los entreno hipo se encargara de la herrería, fundirá el metal, afilara espadas y pasara mucho tiempo solo, ¿Qué podría salir mal?- Dijo sarcásticamente el mano de garfio.

- -*Sing* Que haré con el?-Pregunto el barbón. Con un marcado tono de duda en su voz argumento contra el rubio de su amigo.

- Que entrene con nosotros - Volvió a hablar Gobber con total naturalidad y falta de vergüenza al ser tan directo con quién tenía la conversación.

-Hablo en serio. exclamo el jefe

-Yo también. refuto

- Estará muerto antes de que saques el primer dragón de su jaula - Exclamó rápidamente el líder de la aldea con algo de preocupación en su voz acompañada de un toque leve de sarcasmo.

- Baaah eso no lo sabes. - Si, si lo se. -No lo sabes. -Ha que lo se. - ¡No, no lo sabes!

- Escucha, ya sabes como es, desde que pudo gatear es... Diferente- Bocón estaba tomando en un gran vaso y de repente se ahoga- no presta atención, no escucha- toca el hueco que quedo en su dentadura con la lengua- lo llevo a pescar y se pone a... Cazar trolls.

Como entrenar a tu dragón: Un cambio como ningún otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora