Capítulo 26

208 18 0
                                    

5315

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

5315

Una vez que dudas de algo, todo lo que has hecho en tu vida, todo lo que antes era una monotonía, se convierte en un campo minado donde las peores pesadillas se hacen realidad.

Quisiera preguntarme por qué estamos en un campo militar, pero también quisiera preguntarme por qué de lo único que me preocupo es de disparar.

Se supone que las personas deben tener motivos para hacer las cosas. No tiene sentido aventarse al campo de guerra sin tener nada que puedas ganar, sin tener una motivación o sin saber que, del otro lado de la línea de fuego, no te queda nada que perder. No hay nada por lo que merezca la pena luchar.

El campo de guerra en el que quiero estar en este momento está bastante lejos de aquí.

Hice lo posible por no perder de vista a 679, pero esa idea se derrumbó cuando ella fue llamada para el "equipo de extracción" y yo me quedé varado en el de defensa.

Las miles de teorías que llegan a mi mente mientras escucho las balas volar sobre mi cabeza no me tranquilizan especialmente.

¿Por qué estamos aquí? No lo sé.

Lo único que mi mente parece repetir para sí misma una y otra vez es: obedece las órdenes.

Una de mis últimas teorías es que esta agencia es una rama del FBI o alguna cosa parecida, pero la cantidad de drogas que hemos transportado y los robos que hemos hecho me hacen dudar.

También se crean más preguntas de, si esto es tan secreto, ¿cómo es que tanta gente puede contratarnos?

Hablo de montones de trabajos que pueden parecer completamente estúpidos, como cada uno de los que he estado haciendo desde que llegué.

—¡Agáchate! –escucho el grito de alguien, no sé a quién es dirigida la orden, pero la obedezco, y un segundo después, algo impacta contra la pared a mi espalda, destruyéndola.

Me hago a un lado y ruedo sobre mi cuerpo, desapareciendo del punto de mira y luego miro a los lados, tratando de ubicar la voz.

328 me hace una señal de pulgares arriba.

No puedo devolverle el gesto, porque necesito guardar refugio, e intento dejar en blanco mi maldita mente, porque lo único que conseguiré a este paso será que me entierren una jodida bala en la cabeza.

—Extracción en tres minutos.

La voz de 043 suena a través de mi auricular, y siento un escalofrío recorrerme la espada.

Tres malditos minutos y la nave está estacionada a cinco como mínimo a velocidad normal, claro, así que veo a todo el mundo haciendo una patética retirada mientras muchas balas atraviesan la carne.

No me molesto en mirar atrás, tampoco a los lados, y solo corro de la manera más veloz de la que soy capaz.

Cuando llego a la nave y consigo meterme dentro, ocupo mi anterior posición, de pie y con las manos detrás de la espalda.

Agente 043Donde viven las historias. Descúbrelo ahora