Zuri despertó con el amanecer el día de la Cosecha. Luego de hacer su rutina de ejercicios de resistencia fue a nadar un rato. Los agentes de la paz cuidaban en la orilla del mar que nadie intentara escapar del distrito.
"Esta será la última vez que tendrás que preocuparte por la Cosecha" se dijo la morena para sus adentros, mientras estiraba un poco. Omari se unió a ella en el agua mientras su padre sostenía un cronómetro entre manos.
— Bien, comiencen— habló con firmeza.
Como lo haría un pez, Zuri nadó con agilidad por el agua, saliendo a la superficie de vez en cuando para tomar una bocanada de aire. Su mente estaba en blanco, ningún pensamiento catastrófico cruzaba por allí, solo se concentró en nadar.
Luego de lo que sintió que fueron unos cuantos minutos, el brazo de su padre la detuvo en seco.
—¿Qué te sucede? Llevo minutos gritando que pares. Se hace tarde para la Cosecha.
— Lo siento, supongo que me distraje— respondió la peli rizada mientras caminaba de vuelta a casa.
— No puedes distraerte ni un segundo en la arena— la reprendió el hombre— y tú, duraste apenas 20 minutos en el agua, tienes una pésima condición— señaló a Omari.
— ¿Qué importa? Esta es nuestra última cosecha— bufó el chico.
— No importará si para la noche sigues en casa, mientras no ocurra eso tu vida depende de ello. ¿Entendido?— su padre sostenía la cabeza de Omari con firmeza mientras gritaba.
— S... Sí— tartamudeó.
— ¿Sí qué?
—Sí, señor.
De vuelta en la modesta pero acogedora casa de los Jones, la madre de Zuri y Omari tenía preparadas las mejores prendas de ambos. Para la muchacha, un vestido azul con estampado de aves amarillas que le llegaba arriba de la rodilla, para su gemelo, un pantalón a cuadros beige y una polo del mismo color.
— ¿Puedes peinar mi cabello?— preguntó la chica a su madre.
— No hay tiempo, colócate una bandana y listo.
Zuri obedeció a su madre y una vez que estuvo lista todos avanzaron a la puerta donde unieron sus frentes en un abrazo grupal.
— Esta es su última cosecha, todo estará mejor a partir de aquí— susurró su madre.
— Han entrenado para esto toda su vida, si alguno de los dos es nombrado hoy, sobrevivirá, estoy seguro de eso— habló con su habitual firmeza el Sr. Jones.
— Por Johari— murmuró Omari.
— Por Johari— repitieron en coro.
[...]
El sol de Julio quemaba el rostro de Zuri, que esperaba con las demás jóvenes de su distrito a que Agatha sacara el papel con el nombre de la tributo de esta edición. Echó un vistazo a los reconocidos mentores, Mags y Finnick.
La chica recordaba haberlos visto en el distrito en varias ocasiones, Mags compraba frecuentemente en la marisquería de la familia Jones y a veces hacía comentarios respecto al entrenamiento que su padre le daba a sus hijos.
Finnick, de piel dorada y ojos verde mar, Zuri lo recordaba de su infancia, mirándolo jugar en el mar con sus amigos, mientras Omari y ella entrenaban en caso de ser Cosechados. También lo recordaba pescando con el señor Odair.
Luego de que ganara los Juegos, el padre de Zuri le había pedido que se encargara de entrenar a sus hijos, pero Finnick se negó, dijo que podría costarle la vida.

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S I R E N I A | Finnick Odair
FanficTras la muerte de su primogénito Johari durante la quincuagésima quinta edición de los Juegos del Hambre, el Sr. Y la Sra. Jones hicieron todo lo que estuvo al alcance de sus manos para asegurarse que ningún otro hijo suyo les fuera arrebatado en lo...