Un mundo nuevo, y ellos dos,
en este mundo, buscan a una
persona, su prometido.
Pero habrán dificultades que
se cruzarán en el camino.
¿Lo lograrán, o solo fracasarán
en el camino?
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Luckity, Karlnapity, Rubc...
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Todo iba de mal en peor, o al menos así era el estado y las situaciones de Karmaland. El menor de todos los héroes, Quackity, estaba en un estado mental muy delicado, tanto así que incluso gente a la que no le agradaba el chico intentaron apoyarlo, pero nada servía.
Slime miraba a su amigo estando sentado en la orilla de su cama todos los días, desde que su "hijo" Merlon Vegetta murió en aquel tiroteo estaba así, ahora siempre se encontraba llorando o temblando seguido y mencionando a personas al azar que ni siquiera de este mundo eran. Sin duda algunos querían que Quackity tuviera su espacio y que mejorará de su estado mental, pero aún seguía la estúpida guerra que tenían algunos chicos por el corazón de el híbrido de pato, estos planeaban sus cosas y todo eso, lo que irritaba en cierta parte al más pequeño ser de este mundo, Titi. No le gustaba para nada que en vez de intentar apoyar a su hermano se pelearan por el, ¿No veían su lamentable estado?
Así que, decidido a ayudar a su hermano, salió discretamente de la casa de Rubius quien llevaba hablando rato con Luzu y se fue a la pirámide de su hermano mayor.
(. . .)
Okey, hasta este punto Charlie se estaba preocupando por Quackity, no podía creer que llevaba semanas en la misma posición y comiendo solo una vez al día, y ni siquiera duerme, ¿Cómo no preocuparse?
Iba a acercarse a hablar con el chico, aunque el sonido de cierto alienígena bebé llamo su atención, sabiendo quien era y que podía alegrar a Quackity salió corriendo de la pirámide, abriéndole la cerca de madera al pequeño quien entró y se sacudió ya que, estaba mojado.
— ¡Hola Titi! Me alegra verte.
Acaricio la cabeza del pequeño quien soltó un clásico du, alegre por ver también al contrario. Los dos entraron a la pirámide del azabache, no sin antes cerrar la cerca, claro. Ambos miraron a el híbrido, aunque Titi se acercó corriendo a este y lo abrazó a su manera, sorprendiendo al híbrido ya que no lo veía desde hace rato.
— ¡Oh! Hola Titi.
Se mantenía con un rostro neutro, pero algo alegre estaba internamente, cosa que se notaba, mínimo había hablado. Acaricio la cabecita de su hermanito, este término sonriendo alegre por el tacto, lo que provocó que el azabache sonriera levemente, emocionando a Charlie.
— ¿Y que hace aquí Titi?
Pregunto mirando a Charlie, quien alzó sus hombros.
— Supongo que llegó a verte, tiene rato que no sales, Quackity.
Comento Charlie, provocando que Quackity mirara de reojo la puerta de su casa, se la había regalado Sapo Peta, justamente se acordó de el.
