A Bloody Song About You ៛ JK x TH

៛ Capítulo 06 | Zombies

El día en el que Yoongi conoció a Jungkook en Rouge simplemente pasó de largo del menor y no le prestó atención. Pero, al día siguiente, se lo encontró en el mismo lugar y un poco más tarde de la vez anterior. No se esperó que su presa sería él mismo, sino ni siquiera se habría atrevido a ir a tocar con la banda ese día.

Estuvo hablando con Taehyung pocos minutos antes de comenzar con el ensayo y que Jungkook apareciera por la puerta, éste le prometió un cigarro de alguna sustancia cualquiera si le ayudaba a cambiarle las cuerdas a la guitarra, así que lo hizo sin pensarlo dos veces. No le dio importancia el por qué cambiarlas tan repentinamente, ni por qué el joven quisiera hacerlo de manera apresurada antes de que los pocos clientes que visitaban el club se pasasen por ahí. Lo único que supo fue que ayudó al de cabello oscuro con su trabajo y, más tarde, bromeó con que Taehyung se estaba deshaciendo de las pruebas del crimen.

— Lo sé, vamos, puedes confiar en mí, sé que sólo estás deshaciéndote de las pruebas del crimen, ahogaste a tu víctima con las cuerdas antiguas —bromeó el de cabello menta esa tarde, Taehyung no pudo evitar soltar una risita ronca ante las ideas, pensaba que Yoongi ya iba demasiado colocado ese día y a la hora que era—. ¿Debería llamarte Bloody a partir de ahora?

Kim le sostuvo la mirada oscura por unos segundos y asintió lentamente.

— Soy su mejor consejero.

La conversación se quedó ahí y Yoongi decidió desistir entre risas.

Hoy era un día pesado, y se estaba entreteniendo en pensar mientras esperaba que sus compañeros llegasen al primer día de ensayo entre semana. Su doctor se lo dijo alguna que otra vez, recordar y rememorar recuerdos próximos le ayudaría con las neuronas y su memoria, si no desistía en seguir consumiendo lo que consumía. No le importaba, a él le gustaba eso de recordar, pero a veces se iba por las ramas y acababa imaginando como sería vivir entre dinosaurios. Estaba seguro de poder tener un pterosaurios como mascota, como si fuese un periquito de compañía.

Y no estaba entendiendo ahora mismo por qué Taehyung y Jimin tardaban tanto en venir al ensayo. Se encontraba en la barra apoyado, con Jennie recordándole cada pocos minutos la enorme cuenta que tenía por pagar desde hace meses. Suspiró frustrado y se volteó lentamente hasta quedar enfrentado a la bartender.

— Que sí, que te he escuchado a la primera, joder, mira que eres pesada —bufó—. Ojalá vengan ya estos dos y me libre de ti, eres más cansina que un gato mimoso.

— Si te gastases el dinero en pagar todas las deudas que tienes en vez de esas cosas que te metes, este planeta sería un mundo mejor.

— No te preocupes por eso, cielo, es cosecha propia —le guiñó el ojo—. ¿Quieres probar? La primera probadita es gratis, si me descuentas cincuenta dólares de la cuenta esa que tú y yo tenemos pendiente.

Jennie rodó sus ojos y sacó un paño de debajo de la barra, mojándolo un poco antes de dejarla sobre la misma y así poder limpiarla un poco.

Yoongi volvió a sus asuntos, miró sus uñas y pensó que se veían demasiado apetecibles como para no mordisquearlas un poco, entreteniéndose en el tiempo. Sintió la puerta temblar, así que alzó la mirada mientras aún se mantenía mordisqueando la uña del dedo pulgar, pensó encontrar a sus amigos, pero no hubo nada. Extrañado, se levantó y sacudió su ropa, abriendo la puerta y observando tras ella qué ocurría.

Fue como si estuvieran a cámara lenta, cada farola de la avenida, desde lo más lejano a lo más próximo, se fue apagando lentamente hasta dejar en una insana oscuridad toda la avenida. Luego la otra y después la otra, hasta dejar al condado sumido en esa oscuridad permanente. Retrocedió por puro instinto cuando una fría brisa le atravesó, cerró la puerta y observó tras el cristal como los vecinos salían a ver qué estaba ocurriendo. Cerró la puerta con pestillo, se acercó a pasos lentos hasta la cristalera más cercana a la calle y, entonces, Jennie habló.