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Jimin tuvo que agarrase de la barandilla de su porche mientras NamJoon lidiaba con el bloqueo de la alarma de su cabaña.

El apretó la mano en el pecho, descansándola sobre la herida de bala cicatrizando debajo de su pectoral izquierdo. Había sido un largo viaje en avión aún en primera clase y el trayecto de una hora desde el aeropuerto no fue mucho mejor para él. Estaba exhausto y todo lo que quería era su propia cama.

NamJoon dejó el equipaje en la puerta y se apresuró dentro para desconectar la alarma. Jimin no tuvo que decirle el código. Todos sabían dónde estaban las llaves de sus respectivos castillos; los códigos de seguridad de Owen y Jungkook , del yate de NamJoon o el mapa mental de las trampas en el pantano de Digger.

La señal sonora del interior paró y NamJoon volvió para apartar el equipaje del camino. Jimin pasó un brazo sobre los hombros de NamJoon y se dirigieron a la puerta delantera. Él podía andar por sí mismo cuando dejaron el hospital de Nueva Orleans pero después del largo viaje ya no estaba tan seguro de hacerlo.

—Gracias por hacer esto—Jimin murmuró.

—Hey—, NamJoon contestó. —Los dos sabemos que tomaste esa bala por mí. Lo mínimo que puedo hacer es llevarte a casa.

Jimin no discutió. Él no podía alegar que había tomado la bala apropósito pero si él no hubiera estado allí, la bala se habría alojado en la cabeza de NamJoon y ambos sabían que todo se habría terminado.

Se apoyó en NamJoon hasta que llegaron al sillón de cuero desgastado en la sala de estar, titubeó cuando NamJoon intentó ayudarle a sentarse. —¿Cuál es el problema?

Jimin se rio. —Yo no estoy seguro de si voy a ser capaz de levantarme si me siento en esta cosa.

—No es como si te fueras a ir a cualquier sitio ahora—. NamJoon apretó la cintura de Jimin y lo sentó en el sillón. —No voy a llevar tu culo arriba ahora así que siéntate.

—Eres una niñera terrible.

NamJoon tiró de la palanca del lateral de la silla y levantó las piernas de Jimin.

Cuando el abalanzar de la silla se paró, Jimin cerró los ojos y se relajó en el entorno familiar. Escuchó a NamJoon moviéndose alrededor, trayendo su equipaje en el interior y abriendo la nevera.

NamJoon suspiró y cerró la puerta del frigorífico rápidamente, ellos habían estado fuera por mucho tiempo. Jimin no tenía duda de que el interior de aquella cosa apestaba.

NamJoon finalmente volvió a la sala con un vaso de agua. —¿Estás preparado para tomar las medicinas? Voy a prepararte para dormir y luego voy a buscar algunos suministros. Y.... tal vez algunos guantes de goma.

Jimin le contestó con una sonrisa: —Me parece bien.

NamJoon colocó uno de los analgésicos en la palma de la mano y sonrió. —¿Tiro limpio?

Jimin abrió la boca y NamJoon le tiro una pastilla, después otra, riéndose cuando le entregó el vaso de agua. Lanzó una manta sobre él, y en seguida colocó el mando y el teléfono a su alcance después acarició la cabeza de Jimin.

—Estaré de vuelta antes de que despiertes.

Jimin cerró los ojos relajándose para que las píldoras hicieran su trabajo. Sabía que no tenía nada de qué preocuparse desde que NamJoon estaba a cargo.

Jimin se despertó escuchando un zumbido, olor a bacón frito y una pizca de desinfectante Lysol.

Le llevo un momento recordar donde estaba y porque se sentía tan dolorido. Miró hacia NamJoon acurrucado en el sofá a pocos metros de el con un libro.

Sidewinder: Choque y Pavor || NamminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora