-FALSAS RELACIONES [Libro 1] 🔪.

CAPÍTULO 16.

Noti-k: sí, lo sé ☹️. Perdón por el retraso pero es que de verdad no tengo nada de tiempo ¡NO SÉ QUÉ ESTÁ PASANDO! Pero weno, de todas formas aquí les dejo el capítulo <3, espero les guste y nos vemos en la nota final ;))

Perdón por no dejarles resumen :(.
—————————————————

16.
"El comedor."

Las cinco y cuarto de la madrugada.
Las cinco y cuatro, de la madrugada.
Las cinco y, cuarto, de la madrugada...

La hora exacta cuando todo empezó a desboronarse, o si prefieren que sea más exacto, imagínense este grupo de mueve diminutas personas, tamaño de figuras Lego, para ser más específicos. Todos postrados encima de una mesa dentro de una recipiente de cristal, teniendo de manera constante un goteo que lentamente llenaba el recipiente.

El vaso o recipiente, como quieran llamarlo; se llena. A un punto en el que las figuras empiezan a flotar, pero una tras otra empezaban a hundirse entre ese mar de problemas en el que estábamos.

La primera en hacerlo fue la de Harry quien fue el primero en morir, luego la de Simón después de que alguien le quebrara su cuello y la tercera Nilan, tras haber sido empujado por la ventana del segundo piso. Las demás continúan flotando dentro del vaso con la única fuerza irrompible que les quedaba: esperanza.

Las gotas continuaban cayendo y el agua increméntanos, hasta que se imprevisto la mesa tambaleó y ¡CRAG!, el vaso cae. Quedando totalmente roto derramando todo aquella agua que tenía acumulada.

Las figuras también se esparcieron, todas revueltas entre el cristal y el agua. De las nueve, solo una logró mantenerse de pie y, nunca se supo si fue por la gravedad, por la forma en la que cayó el vaso o qué...

Y, esa figura era... ¿la mía?
O tal vez, ¿Timothé?

No les daré más pistas. Quiero contarles la historia hasta al punto en el que puedan atragantarse con una de sus uñas, porque yo también me pregunté: ¿sobreviviré?

... ... ...

¿A las cinco y cuarto de la madrugada? Ya el sol había salido, el cielo se había aclarado completamente. Mientras la arena se secaba y las olas del mar se tranquilizaban, el grupo de Los Nueve, por así llamarnos; seguíamos allí, teniendo ¿cuál plan? Ninguno.

Tras el valiente acto de valentía de Ethan, mi piel se erizó y la forma, la seguridad con la que el más joven entre todos nosotros se dirigió a Timothé, mi manera de verlo, cambió.

El aire se sentía pesado, tensión se había mezclado en éste. Ya no sabía si continuar llamando a Timothé como "amigo", lastimosamente si él de verdad era el culpable de todo, tenía ganas de matarlo.

La alfombra central de la sala absorbía parte de la sangre de Harry, provocando un ligero mal olor similar al hierro, pero ese no era nuestro problema en sí.

Era hora de acorralar a Timothé con casa una de nuestras versiones...

—¿Qué carajos es eso, Ethan? —exclamó Anna, sorprendida al ver la prenda ensangrentada.

—No lo sé, Anna —le contestó mirándola, para luego llevar sus ojos nuevamente al de cabellos rizados—, ¿por qué no nos dices qué es esto, Timothé?

—No es mío —respondió.

Marco se acercó y comentó, —Dámelo —tomó el crop top y lo lanzó a la única parte limpia que quedaba en el suelo, se arrodilló frente a éste y lo estiró de todas partes para observar con delicadeza cada una de las manchas de sangre.