Paso 2: Invade su espacio personal

512 94 7
                                    

Nahoya bufó mientras observaba aburrido a Ran, su mejor amigo no estaba poniendole atención en lo absoluto. Demasiado concentrado en aquel ensayo que tenía que entregar para una clase que no comparte con el Kawata por su distinto énfasis para sus próximos estudios.

—¿Qué me miras tanto? —Preguntó el mayor, sin despegar la vista de su computadora, tecleando rápidamente lo que se le venía a la cabeza luego de haberlo dicho en un susurro y ordenar sus ideas.

—Eres feo.

—Oh, gracias. Es todo un halago, Naho —Rodó los ojos y luego sus lentes se deslizaron por su nariz suavemente hasta la punta—. Estoy totalmente seguro de que te conseguí una cita para hoy.

El otro chico se removió incómodo en su asiento, y eso definitivamente no le pasó por alto a Ran, que ya había despegado su mirada de la pantalla para observarlo. Entonces, una sonrisa divertida se asomó.

—Adivino, no es tu tipo.

—¡Sí! ¡O sea no! —Nahoya intentó hablar, pero Ran se carcajeó con fuerza—. Definitivamente no creo que hubiera llegado a más, escuchame; fue divertido, me hizo reír pero tuve que irme, Sou me necesitaba.

—¿Pasó algo con Sou? ¿Está él bien? —Preguntó alarmado, levantandose de su asiento.

—Lo mejor que puede estar —Nahoya suspiró.

Ran no tardó en tomarlo en sus brazos, y lo abrazó con fuerza, porque sabe que Nahoya lo necesita. Ambos terminaron rodando juntos en la cama de Ran, mientras Nahoya encuentra consuelo en su amigo.

—¿Y por qué no estás allá con él? —Preguntó suavemente.

—No me quería ahí, lo noté, y... el chico también se enfadó porque me fui, pero Sou es más importante, entonces yo... —Ran no lo dejó terminar, sabía que si seguía hablando lloraría.

—Entonces, era un idiota, no te preocupes, cariño, te buscaré a alguien más ¿sí? —Lo consoló, Nahoya lo miró a los ojos. Ran era realmente un ángel— No te preocupes, hay un montón de personas que matarían por estar contigo, ese chico no es importante.

A veces Nahoya se perdía en esas caricias en su espalda, no sabría realmente qué seria de él si no tuviera a Ran Haitani a su lado desde pequeño. Ese chico rebelde que se saltaba clases y terminó en su misma clase al tener que repetir año.

Su mejor amigo, el chico que siempre creía ser la voz de la razón pero era el líder de las travesuras, según Rindou.

—¿En serio me vas a conseguir otra cita? —Sus ojos casi parecían brillar, y Ran rodó los ojos molesto en juego con su amigo.

—Sí, ahora deja de llorar ¿Quieres? Vas a hacer de mi colchón un colchón de agua.

—De pequeños querías tener uno de esos —Reclamó el menor, a Ran no le importaba—, siempre estabas ahí de un lado a otro, y me acuerdo que te enojaste cuando Santa no te trajo tu colchón y en lugar de eso tenías una pistola de agua.

—Fue el mayor robo de mi vida, aún sigo resentido —Arrugó un poco la nariz, separandose un poco de Nahoya, quedando ambos frente a frente—, tú te creías salvador entonces no te importó y tomaste mis juguetes como si fueran tuyos ¡Y me atacaste a mí!

—Todo lo tuyo es mío —Nahoya bromeó, sonriente se acomodó mejor en la cama y tomó una almohada entre sus brazos— ¿Ves esto? Es mío también, y ese escritorio de allá es mío ¡Esta cama también es mía! 

—Oh sí claro, claro.

—Tú eres mío también —Le guiñó el ojo coqueto, ganandose un almohadazo en la cara— ¡Grosero!

Cómo tener tu romance adolescente y no morir de soltería en el intento ; RanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora