Paso 4: Hazlo sonrojar, a los chicos les gusta eso?

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—Esto no está funcionando.

Ran lo miró de reojo, mientras revolvía la comida en su plato. ¿Ahora de qué empezará a hablar ese chico? Igualmente, no importaba. Ran le puso atención en un instante.

—¿Qué no está funcionando?

—¡Esto! No he conseguido novio —se quejó Nahoya. Ran soltó una pequeña risa.— Es muy trágico. 

Ran solo se encogió de hombros. Había estado escuchando frecuentemente de las citas de Nahoya, cada vez un chico nuevo, pero no lograban pasar de la semana. ¿Qué día era? Sí, martes.

—¿Y el nuevo chico? ¿Cómo se llamaba? —oh, sí lo recordaba. Todo su interior se retorcía desagradablemente por el simple recuerdo.

—Taiju —La sonrisa de Nahoya cayó, en cambio, sintió que la comida china ahora no tenía el mismo sabor que antes y la dejó a un lado.

Era nuevamente una noche de películas y Ran había sido el encargado de escogerla. En realidad, Nahoya no estaba prestando toda su atención a la pantalla grande de la sala.

Toda su atención estaba en su teléfono, esperando que la pantalla se ilumine por un mensaje nuevo. 

En el fondo sabía que el mensaje que esperaba no iba a llegar, pero tampoco había alguna tristeza que recorriera su cuerpo por esto. Tal vez el disgusto, o el enojo.

O la frustración. La frustración de saber que nada estaba funcionando.

—Deberías olvidarte de ese tipo. —dijo Ran mientras acomodaba las mantas a su alrededor, haciendo un hueco para que Nahoya se sentara junto a él.—. No vale la pena si no puede ver lo increíble que eres.

Nahoya levantó la mirada y observó a su mejor amigo. La sinceridad en su voz siempre lo desarmaba por completo. 

—Lo sé, pero... no es justo. ¿Por qué es tan difícil? —se lamentó Nahoya, dejándose caer pesadamente junto a Ran.

—Porque no has encontrado a la persona adecuada —respondió Ran, acomodándose un poco—. Cuando lo hagas, todo habrá valido la pena, supongo.

Entre la mirada de Nahoya perdida contra el teléfono, una idea apareció en la cabeza de Ran, solo por curiosidad.

Así que, durante una escena algo emotiva de la película, las manos de ambos se tocaron como si fuera algo accidental. Ran no pudo evitar notar cómo las mejillas de Nahoya se teñían de un suave tono rosado.

—En serio, ¿solo eso es suficiente para hacerte sonrojar? 

Nahoya apartó la mano rápidamente, pero la idea de contraataque ya había germinado en su mente. Si Ran quería jugar, él también podía jugar. Decidido, se inclinó un poco más cerca de Ran y puso una mano en su muslo.

—¿Esto te hace sonrojar? —preguntó Nahoya, con una sonrisa traviesa.

Ran arqueó una ceja y soltó una risa.

—Nah, tendrás que hacerlo mejor que eso.

Nahoya frunció el ceño, sintiendo un reto en las palabras de Ran. A lo largo de la película, intentó diferentes tácticas: acercarse más, susurrarle al oído, incluso apoyarse en su hombro de forma aparentemente casual. Cada vez, Ran solo se reía o lo ignoraba, manteniendo su expresión de burla y autosuficiencia.

La película llegó a su fin y Nahoya se sentía derrotado. No había logrado hacer que Ran se sonrojara ni una vez.

—Rindou tiene razón, eres un ladrillo —murmuró Nahoya, recogiendo los platos vacíos.

—¿De verdad te molesta tanto no poder hacerme sonrojar? —preguntó Ran, siguiéndolo a la cocina.

—Sí, lo hace. —admitió Nahoya, dejando los platos en el fregadero—. ¿Por qué no te afecta nada?

Ran se acercó y lo miró directamente a los ojos, su expresión se suavizó por primera vez en toda la noche.

—¿Sabes? Deberías seguir intentando. —dijo suavemente—. No es tan fácil, Naho. Pero tal vez algún día encuentres mi punto débil.

Nahoya se quedó en silencio, procesando las palabras de Ran. 

Cuando Rindou llegó, no se sorprendió de ver a su hermano mayor aún acostado con todas las cobijas alrededor y un Nahoya abrazandolo con fuerza mientras estaba en su quinto sueño.

Ran sintió la llegada de su hermano y lo saludó en voz baja, intentando no despertar a Nahoya, aunque el brillo de la pantalla de su teléfono era una forma en la que probablemente el otro se despertaría.

La mirada del rubio recorrió a su hermano y rodó los ojos. —¿Por qué mierda tienes las orejas rojas? Eres tan vergonzoso.

—Cállate, idiota.

Rindou sonrió con suficiencia, observando a Ran con diversión mientras se acercaba para golpearle suavemente la cabeza.

—¿Qué? ¿No pudiste resistirte a los encantos de Naho? —bromeó, recibiendo una mirada fulminante de su hermano mayor.

—Estás delirando. Anda, mejor vete a dormir.

Rindou sonrió y sacudió la cabeza mientras se dirigía a la cocina. —Bien, bien. Disfruten de su pijamada, tortolitos.

Nahoya, todavía medio dormido, murmuró algo ininteligible en respuesta, acurrucándose más cerca de Ran. Ran se rió suavemente, apartando un mechón de cabello del rostro de Nahoya, sintiendo una calidez que se extendía por su cuerpo a pesar de las payasadas de su hermano.

Mientras Rindou desaparecía en la cocina, Ran no pudo evitar pensar en los intentos de Nahoya antes. Nahoya siempre sería un poco tonto. 

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⏰ Última actualización: Jul 08 ⏰

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Cómo tener tu romance adolescente y no morir de soltería en el intento ; RanleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora