The Rake

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Estimados todos:

Como se los hice saber en la última reunión, el señor Eduardo ha dejado de pertenecer a nuestro equipo de trabajo desde el momento en el que los lamentables hechos del pasado sábado se suscitaron, teniéndolo a él como presunto responsable del tiroteo y las subsecuentes muertes y lesiones derivadas de este lamentable hecho. Durante mi carrera como director del departamento de producción Empresarial en , han sido verdaderamente pocas las ocasiones en las que algún elemento de mi equipo ha manifestado un cambio de comportamiento tan inusual, repentino y desprovisto de explicación como en el presente caso y es por ello que antes de entrar a tema deseo reiterarles la presencia de los servicios de atención médica especializada a la que tenemos derecho TODOS, gracias a la póliza de servicios médicos con cobertura extendida que se nos ha facilitado por aporte de la empresa. Los exhorto a todos a hacer uso de los mismos de manera oportuna, de buscar el apoyo de sus familia y amigos y de atender cualquier cosa inusual que puedan llegar a enfrentar; su salud física y mental es su responsabilidad.


Muchos de ustedes tal vez lo sepan, pero el mencionado sigue prófugo. Debido a la gravedad de los hechos y debido también a que formó parte de nuestro equipo de trabjo por tanto tiempo, es mi deber informarles que las autoridades han involucrado en su investigación de los hechos a la compañía solicitándonos nuestra colaboración en toda información que pueda llevarnos a la captura de su compañero; si alguno de ustedes ha mantenido comunicación con él o sabe donde se encuentra, lo invito a confesar ahora y ahorrarse el agravio de responder legalmente por un caso de complicidad no admitida, SEAN RESPONSABLES. Les solicito así mismo, eliminar el archivo adjunto que el mencionado mandó antes de desaparecer, dado que el mismo se encuentra ya en posesión de las autoridades y su contenido es considerado evidencia circunstancial de los hechos ocurridos este sábado. Mis oraciones van hacia la familia de las víctimas, así como a la propia familia de Eduardo.

He pasado algunos meses pensando en todo esto, todavía no estoy seguro de lo que voy a hacer. Aún no estoy seguro de si es necesario hacer alguna cosa o si me pasa algo. Es por eso que me he decidido a escribirles este correo. Una cosa es segura, no puedo volver a donde estaba, a lo que era, a lo que creía. Escribo esto sobre todo para todas las personas que me conocieron y que pudieron llamarme amigo, ustedes saben quién soy, que tan en serio puedo tomarme algo y qué tan difícil es que haga una broma tan pesada... no sé qué es lo que me espera ni hacia donde voy, todo lo que puedo hacer es confiarles lo que he conseguido, lo que sé y desearles toda la suerte del mundo.

Quién sabe, tal vez, como me dijo mi esposa antes de subirse al taxi con los niños, me esté desconectando de la realidad objetiva, por mucho que quiera pensar que estoy completamente cuerdo y que las decisiones que estoy a punto de tomar son, al menos desde mi punto de vista, racionales; que cualquiera en mis zapatos hubiera comprado la semiautomática que ahora descansa junto a mi cama después de saber y haber visto lo que ahora sé y he visto, lo que él me ha mostrado.

Fui vecino, desde que llegué al coto donde vivo, de una madre soltera de dos niños pelirrojos. No soy la clase de tipo que hace parrilladas para el resto de la cuadra, rara vez paso más allá de la línea de dar los buenos días y las buenas tardes a quien me encuentro de paso, pero las cosas con Laura fueron distintas desde que fue a tocar mi puerta para pedirme una llave perica. A algunos de ustedes los habrá contactado mi esposa contándoles sobre ella... piensen lo que quieran, pero Laura fue mi amiga, y de verdad me entristecí cuando los niños se perdieron.

Laura no volvió a ser la misma. No la culpo. Cualquiera que termine perdiendo a sus hijos puede entender su enorme dolor y eso sin saber nada de cómo fue que los perdió. Ese fue el cotilleo durante varias semanas entre los vecinos. La mayoría creía que había sido ella misma quien les había hecho algo, algunos se atrevieron incluso a imaginar que los había envenenado y escondido sus cuerpos en alguna parte, mi esposa por ejemplo.

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