Delirios...

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Estoy convencido de que mi hermana es un Hada. Sí, lo sé, sé que sueno loco pero, mirarla sonriendo, callada, misteriosa. Sus facciones dulces, como si hubiese sido esculpida por los ángeles. Sus ojos azules y su pelo dorado.

De verdad, juraría que no es humana, que es un Hada.
Y ahí está, ataviada con ese hermoso vestido azul, calzando unas zapatillas negras por encima de sus medias blancas. Está en el jardín, admirando sus plantas pero...
¿Qué hace allí? ¿Conversar? ¿Reír?
¡Oh no! ¡Lo sabía!

Un reflejo místico hizo que de su espalda brotaran alas cual espuma. ¡Lo sabía! ¡Eres un Hada! ¡Siempre lo supe!

¡No por favor, no te vayas lejos! ¡LLÉVAME CONTIGO! ¡Quiero ver el brillo de tus alas para siempre!

¡¿POR QUÉ ME DEJAS?! ¡LLÉVAME CONTIGO!




...

La señora temiendo lo peor, marcaba el número de teléfono que bien sabía de memoria. La angustia apretaba su pecho y se contuvo, mordiendo sus labios, para no llorar amargamente. Debía ser fuerte... aunque ya no habían esperanzas.

La persona del otro lado descolgó el teléfono:

-¿Hola?
-Ah, hola Doctor... Le llamo para informarle porque creo que está peor...
-¿Peor? ¿Cómo así? ¡Explíquese, por favor!
- Sí Doctor, su enfermedad está llegando a su fin... Ha llegado tan lejos que está empezando a delirar.... Estuvo llamando a su hermana muerta, Doctor.

No aguantó y las lágrimas se escaparon de su cuerpo inevitablemente. Era evidente que iba a perder no a una, sino a sus dos hijos. Pero debía ser fuerte, muy fuerte, a pesar de que muy bien sabía, que ya no habían esperanzas.

ALBTRAUMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora