El plato de tallarines frente a mi humeaba por su ,recién colocada, salsa boloñesa espolvoreada con queso rallado.
Los invitados de la mesa sonreían mirando sus platos, admirados por la delicia que estaban a punto de degustar.
Yo por mi parte sudaba frío y mi boca lejos de aguarse solo estaba seca, mi lengua firmemente pegada a mi paladar, algo así como una prisionera de mis dientes tan apretados por mi tensa mandíbula.
En mi interior solo rogaba que no volviera a pasar. Pero claro estaba que hoy no sería la excepción de mi eterno martirio.
Con la mano temblorosa tome el tenedor y le di vueltas atrapando una prudente cantidad de pasta. Mi mirada aseguraba que no quería hacer eso pero claro, ningún comensal de esa mesa se percatara de mi estado.
Rogue a cualquier dios que tuviera responsabilidad de mi y termine guiando las porción de comida a mi boca asqueada.
Al instante todo volvió a suceder.
Gusanos se removieron en mi boca y millares de escarabajos diminutos boicotearon y escogieron mi lengua. Las lombrices serpenteron dentro de mi y succionaron las paredes de mi boca.
Aguante una arcada.
Mastique con la esperanza de que esas escorias murieran pero solo percibí el sabor más asqueroso que pude probar.
Ladeé mi cabeza y escupí y vomite todo lo que consumi y lo que no.
Lagrimas bajaban de mis ojos mientras una mujer de vestido turquesa golpeaba mi espalda, preguntándome que pasaba, mientras observaba la pasta casi entera que estaba en el suelo bañada de mi vomito y bilis.
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Estaba recostado en uno de los sofás de la recepción del restaurante. Mas de una vez algún empleado se había ofrecido a traerme un vaso de agua pero yo me negaba cortésmente. No quería sentir ese escozor en mi garganta.
Mis ojos hinchados percibieron de lateral un moviendo,y cuando voleé vi como mi madre entraba apresurada a clavarme en el hombro la geringa que ya venía cargando.
El auto iba rápido a casa, y yo tapaba mis ojos con mi brazo porque los rápidos flashes de los postes de luz martilleaban con dolor en mi sien.
No percibí el tiempo con claridad, solo volví a la realidad cuando sentí miles de partículas removerse bajo la sangre y carne de mi brazo.
Una aguja intravenosa estaba clavada en mi vena y me inyectaba suero ,algo similar a la comida que era depositada directamente en mi estómago por medio de tubos.
Realmente nunca los doctores dieron un diagnóstico a mi extraño padecer ,lo único que recuerdo era como trataban de tranquilizar a mi progenitora cuando esta les gritaba que su hijo sufría de desnutrición soli por que cada vez que comía sentía lo más deforme, asqueroso, escorioso y deplorable en su boca. Cosa que solo le dejaba ganas de vomitar.
Y así había sabido desde los 8 que todo lo que estuviera dentro de mi cuerpo se sentiría como el infierno. Absolutamente todo.
N/A:
Ahuevo esta es la primera nota del autor en esta historia ,de historias cortas obvio, pues bien , quería hacer algo grotesco aquí pues ,no se, se me ocurrió mientras estaba comiendo y es como :") .
Bienvenidos al mundo de los TraNstrORNo alImeNtICIo cOn lAs teXTuræs
Donde se sufre de la verga .
Bueno chaito