Capítulo 2. La biblioteca (Sasusaku)

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El segundo día de clases era uno de esos muchos días en los que las sábanas decidían pegarse al cuerpo y la cabeza a la almohada. No había
nada que pudiera hacerle cambiar de opinión.

Y entonces... Sonó el despertador.

Sakura miró el techo sin apenas poder abrir los ojos. No, no había sido buena idea quedarse viendo vídeos hasta muy tarde.

Parecía encontrarse en un punto entre estar despierta o estar dormida.

—No puede ser—dijo al ver la hora.

Se preparó rápidamente y en 6 minutos ya estaba saliendo de la casa con una tostada en la boca.

Sus pasos eran rápidos y algo torpes, pero tenía que asegurarse de llegar temprano. Chocó con un par de personas y siguió su camino hasta que alguien se puso enfrente de ella.

—Ah, lo siento—se disculpó una joven de ojos perla—. Espera... Estás en mi clase, ¿no? Cierto—recordó—. Haruno Sakura, ¿qué tal?

—Perfecta, aunque llegaremos tarde—dijo sonriendo, estaba de buen humor.

—¿Tarde? Tenemos 15 minutos de sobra—le mostró la hora de su celular.

—Creo que ya sé lo que pasó. Bueno, ¿cómo estás? Te llamabas Hinata, ¿verdad?

■   ■   ■   ■   ■


El Uchiha se dirigía a la escuela en compañía de un chica que, bueno, no le desagradaba. Una conocida. Era un poco entrometida, en su opinión.

—Dime, Sasuke, ¿qué estabas mirabando ayer?

¿Respondió a su pregunta? No. Tan solo avanzó ignorando las interrogantes de la muchacha.

La imagen de "la chica de ojos verdes" se le vino a la cabeza, o eso creyó. Le bastó un par de parpadeos para percatarse de que realmente había pasado por delante de él.

—Creo que ya sé lo que estabas viendo—habló una voz detrás del Uchiha.

—Guarda silencio.

—Sakura-chan, creo que Sasuke te está viendo—sonrió coqueta la Hyuga.

Sin darse cuenta siquiera, sus ojos, sus miradas, volvieron a cruzarse para luego evadirse dejando que una invisible sensación de rubor se extendiera por sus mejillas.

Sakura entró a la preparatoria y empezó a buscar su aula, era preferible a tener que sostenerle la mirada al Uchiha.

—¡Sakura!—llamó Ino—. Tu madre me dijo que habías salido muy temprano—. ¿Pasó algo?—sonrió. No imaginaba que hubiera pasado nada malo.

—No. Solo tengo que hablar con "alguien" que me cambió la hora del móvil.

—¿Lo hizo otra vez?

—Otra vez—afirmó—. Por cierto, ella es Hinata, va a nuestra clase.

—Un placer, Hinata. Y...
¿alguna sabe cómo llegar a la clase?

Consiguieron llegar el salón justo a tiempo, aunque, de todas formas, el profesor llegó 6 minutos después. ¡Tanto esfuerzo para nada!

La verdad, pocos eran los que habían dormido bien, aunque no a todos se les notaba.

Shikamaru y Suigetsu apenas podían decir tres palabras seguidas sin bostezar. Naruto y Rock Lee, por su parte, mostraban una energía y positividad que parecía increíble.

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