20. Disculpas | HalBarry

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Pareja: HalBarry (Hal Jordan x Barry Allen)

Nota: AU inspirado en cualquier fanfic escolar de la JL. Hal todo pedo haciendo pendejadas con Barry es mi pasión~

La había cagado, él lo sabía. Que el dios que fuera lo perdonara. Pero por su padre podía jurar que estaba arrepentido. Era comprensible que Barry estuviera molesto, él lo estaría si se encontrara en su situación. Culpar al alcohol no sería una excusa válida para todo el daño que había causado.

Aun así, también amaba demasiado al rubio, por lo que nada perdía con rogar su inmerecido perdón. ¿Cómo había terminado en la casa Allen, tocando a la puerta de su habitación? Él mismo no lo recordaba, pero eso no importaba ya. Su prioridad era poder mirar a Barry a los ojos e implorar su compasión. Porque si ese hermoso chico decidía dejarlo, Hal ya no tendría nada más por qué vivir.

—Bear, por favor —le repitió, porque ya no le quedaban palabras para usar.

Por un momento no escuchó nada del otro lado de la puerta, hasta que el ligero murmullo de otra voz masculina llamó su atención.

—¿Bear? —dijo, limpiando sus lágrimas.

—Déjame en paz, Hal —escuchó decir a Barry, con un tono de voz algo confuso de descifrar.

—¿Quién...? —intentó formular, volviéndose a colocar de pie y recargando todo su peso en la puerta de madera. —¿Quién está ahí?

—Alguien que sí valora a Barry —escuchó decir a un hombre de voz profunda.

Claro que lo reconocía. ¡Maldito! Sabía que un día ese sujeto actuaría y trataría de quitarle a su chico. Toda esa fachada de que estaba saliendo con el idiota de Kent él en lo absoluto se lo había creído.

—¡Wayne! ¡Lo sabía! ¡Aléjate de Barry! —Hal comenzó a golpear la puerta, pero con poco éxito como para dañar el inmueble. —¡Sal, maldito pájaro de carroña! ¡Regresa con tu perro faldero y déjanos en paz!

Tanto era su escandalo que el muchacho no notó al par que se acercó a sus espaldas en el pasillo.

—¿Hal? Hombre, ¿qué haces?

Al girarse, el castaño se encontró con su mejor amigo Oliver, acompañado de Dinah, que se colgaba de su hombro, al parecer muy divertida, aunque no entendía por qué.

—¡Olie! ¡Ayúdame! Wayne se quedó ahí adentro con Barry y seguro lo está poniendo en mi contra. —Poco le había faltado al hombre para romper en llanto y sollozar contra el pecho del rubio.

—Te dije que los dejáramos en lo suyo y nos quedáramos abajo —susurró entonces Queen, dirigiéndose a su dulce novia. En parte estaba algo molesto de que los lloriqueos de su amigo le hubiesen arruinado lo que habría sido un grandioso momento en el sillón.

—¡Oh, bastardo! ¡Estás de su lado! —Hal parecía demasiado herido, lo suficiente para arrinconarse contra el muro.

Dinah entonces por fin se enderezó y se acercó a la puerta para tocar de lo más tranquila.

—Vamos, chicos, ya fue suficiente. Esto es demasiado vergonzoso incluso para Hal.

Entonces pronto alguien abrió la puerta, dejando a la vista a un chico alto, con expresión apenada y con gafas de pasta gruesa. A su lado, rápido se pudo distinguir al causante de la reciente rabia de Jordan, Wayne. Y, al fondo, conteniendo la risa, estaba Barry, penoso por mirar hacia el exterior.

—En mi defensa —tomó la palabra Kent —, yo iba a detener esto, hasta que él me llamó "perro faldero". —A pesar de lo bonachón que lucía, el muchacho se notaba de verdad ofendido.

Los tres jóvenes pronto salieron en fila, con Clark a la cabeza, seguido por su novio, que no dejó de mirar con burla a Hal. Ellos dos avanzaron hasta perderse al bajar las escaleras, tomados de la mano. Barry, en cambio, se quedó junto al castaño, sonriendo a pesar de la expresión de confusión y mareo que éste demostraba.

—A veces puedes ser muy cruel, Barry —se burló Dinah, para luego jalar a su novio para llevárselo, con la promesa de que ambos retomarían lo suyo.

—¿De qué me perdí? —exclamó Hal, sosteniendo su cabeza que parecía al borde de una jaqueca. También tenía deseos de vomitar y estaba seguro de que su imagen estaba dando mucha pena ajena.

—De nada —soltó el Allen con simpleza —. Te perdono por coquetear conmigo allá abajo. Ven, te llevo al baño antes de que saques todo tu amor en el pasillo.

—¿Contigo? ¿Qué?...

Hal no entendía nada, pero se dejó guiar por Barry, y tal como él le pronostico, liberó a su estómago en la seguridad del inodoro. La habitación le daba vueltas, pero si Barry seguía ahí con él, significaba que no había ningún problema y que todo estaría en orden.

Barry en su mente le concedía a Dinah su afirmación. Divertirse a posta de su chico no había sido algo del todo noble, pero es que Jordan se lo había puesto tan fácil con todo su drama. En un momento le coqueteaba como si no lo conociera, y al segundo lo buscaba para confesar que había coqueteado a "otro hombre".

Cuando admiró su cara de arrepentimiento, Barry no supo si echarse a reír u enternecerse por la sinceridad del hombre. Bruce no había desaprovechado la oportunidad de fastidiar aún más el asunto y lo convenció de seguirle el juego.

Desde luego que Hal estaría muy enfadado por la mañana al armar todo el rompecabezas, pero Allen sabía que él hallaría la manera de hacerlo cambiar de opinión. Por ahora, se permitiría gozar de esa efusiva atención que su novio le dedicaba con todos sus sentidos inhibidos. Sin duda Hal sabía cómo hacer sentir a un hombre realmente especial, sobre todo cuando se descubría que éste solo sería capaz de engañarlo con él mismo.

Flufftober 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora