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Me encontraba caminando hacia la Sala de reuniones siendo acompañada por un hombre alto de cabellos tan negros como la noche, ojos de color esmeralda y dos sobresalientes cuernos de color negro. Este hombre llevaba entre sus brazos algunos papeles, al entrar a la sala recibí varias reverencias las cuales respondi de forma leve caminando hacia la silla en la punta de aquella mesa larga de cristal.
— Por favor, tomen asiento — mi voz firme resonó en el resinto, recibí una reverencia por parte de los presentes y me dispuse a sentarme tomando los papeles que el joven azabache me proveyó.
— Reina Odette, el imperio de Secramise desea confirmar su participación en la seremonia del Dios del Sol — suspiré ante aquello volteando los ojos aburrida de aquello, al parecer aquel emperador deseaba fervientemente mi presencia en aquella ceremonia lo cual no me inspiraba confianza alguna.
— Enviéle una carta al emperador confirmandole por segunda vez mi presencia en su Imperio, de igual manera que se le informa en dicha carta que iré con la compañia de cuatro personas — aclare leyendo los informes de las cosechas e informes de Economía, al ser un Reino "cerrado" los reinos e imperios Exteriores piensan que nuestra economía es tambaleante lo cual me causa gracia dado que solo nos reservamos el derecho con quienes comerciamos.
— Reina Odette, en la región norte las nevadas han aumentado y algunas viviendas se han visto afectadas — afirme con la cabeza mientras leía el informa sobre aquellos acontecimientos, tenes la mandíbula al leer como algunos ciudadanos habían salido lastimados.
— Quisiero que a los más afectados los trasladen a los refugios de la capital y a los que no han sido afectados quiero que de igual manera los trasladen, al finalizar las ventiscas ayudaremos a recuperar los vienés y viviendas perdidos — finalice observando a los presentes quienes asistieron dándome la razón, cerré la carpeta y tome otra la cual era entregada por mi mano derecha.
