Andrea era una mujer de exito, pero aun guardaba mucho dolor en su corazon. Se habia graduado estando casada y llevaba una vida normal cada dia. Era una rutina. De la casa al trabajo, del trabajo a la casa. Las cosas empezaron a tornarse fuera de control cuando recibio un aventon hacia el trabajo un dia de semana como cualquier otro. Winfre, un compañero de trabajo de su esposo, el cual era casi vecino, se ofrecio a llevarla al trabajo.
Andrea acepto amablemente, y tiempo despues ella y Winfre empezaron a conversar de cosas no peculiares. El la estaba cortejando. A Andrea esto la tomo de sorpresa, ya que luego de 7 años de casada nunca habia miradoa a nadie mas.
Al viernes siguiente, Andrea fue mas dispuesta que nunca a ir a terapia. Estaba segura que si lo conversaba podria ayudar, no solo a ella misma, sino a otras mujeres, a esas compañeras de terapia.
Se vistio con su mejor vestido formal. Se perfumo y aliso su cabello. Tomo su bolso rosa, las llaves, cerro la puerta y se marcho.
Una vez en el auto, estaba aun mas segura de su decision. Iba conduciendo muy atenta al camino. No iba a dejar pasar la oportunidad de sacar todo eso que la llevaba consumiendo por dentro.
Andrea llego antes de la hora pautada, estaba nerviosa. Monica estaba de pie en la puerta, vestida en sus tonos violeta y lilac, como siempre. Su pelo negro brillaba bajo las luces de un posted de luz.
- Hola, Monica, - saludo Andrea timidamente, aun recordando el episodio anterior.- Como te encuentras
- Yo muy bien, Andrea, espero que tu tambien. Bienvenida nuevamente. -
Andrea cruzo el umbral de la puerta reconociendo cambios en la estancia, hasta un olor a almizcle y lavanda. Parecia ser una combinacion de inciensos. Andrea lo reconocio por una clase de aromaterapia a la que asistio. Le dijeron que los olores tienen energia y son capaces de trasnformar los ambientes y las personas, y curarlas. Todo estaba acomododado de forma placida. Cojines tendidos en el suelo y velones aromaticos. Andrea tomo un panecillo de una fuente y se sento sobre el cojin.
Monica entro de la mano de Rita - Espero que les guste- La llevo hasta el centro del salon para que esta tomara asiento.
Transcuridos los minutos la sesion estaba llena. Todas estaban sentadas en los respectivos cogines. Todo lucia un ambiente violeta y armonioso.
Entonces - Empezo Monica - Podemos retomar donde lo dejamos o.... empezar nuevamente- Sugirio.
- Puedo continuar. - Se aclaro la garganta y añadio - Deseo continuar - Dijo Andrea, de manera firme.
- Bien - Exclamo Monica.
-Vivia una vida como cualquiera. Una ama de casa excepcional, con un matrimonio tranquilo. Estaba contenta con lo que tenía. Cuando sucedio todo ya me encontraba graduada. Iba del trabajo a la casa, y de la casa al trabajo. Cumplia mis obligaciones. No me centraba en nada más que mi esposo y hacer dinero. El dinero era muy importante para mí. Yo llevaba la mayor parte de responsabilidad en los gastos del hogar, por eso daba el todo por el todo en mi trabajo. Buscaba siempre ser la mejor en ventas, la casa no se sostendria sola. Vivia apartada del mundo . Veia a mis compañera salir y hacer vida social, divertirse. Yo solo me dedicaba con todo el empeño a mi hogar- Hizo una pausa, tomo un sorbo de té. - Aunque me sentia desgastada. Cansada. No estaba sintiendo que esto hiciera sentir plena a mi alma, no era nada con lo que realmente me sintiera feliz. Mas sin embargo - Se encogio de hombros - Lo hacía porque para mí eso era ser una buena esposa- Se escuchaban murmullos de asentimiento en la habitacion- Una vez camino a mi trabajo, cuando aún no tenía mi vehiculo, un viejo vecino y compañero de trabajo de mi esposo me ofrecio a encaminarme hacia el trabajo. Acepte. No le vi nada de malo al asunto. Pero, en el transcurso del viaje senti que quiza este vecino tenía un interes especial por mí, y asi me lo hizo ver, comentando lo hermosa que era. Me sentia apenada, quiza hasta estaba ruborisada. Entre tanto afan, tanto labor, mi esposo llegaba tarde a casa, casi nunca habia atencion para nosotros, ni pasar tiempo juntos, más que para cenar y dormir. Nuestra comunicacion tampoco era tan fluida. Esto me tomo de sorpresa, y ademas de hacerme sentir apenada, tambien me hizo sentir diferente. Deseada. Como hace mucho no me sentia. Las cosas no terminaron ahi. Pero, ese dia completo, en mi trabajo, no dejaba de pensar en sus palabras y la forma en que se mostraba interesado en mí. Es algo que, admito, una mjer lo necesita. La parte de mí que no es profesional, esposa o hija, más bien, una mujer..... una mujer lo necesita. Quisiera creer que esta situacion fue la culpable, el detonante para todo lo que paso. Pero, GRACIAS a esta situacion fue que me libere de esta esclavitud.
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S.O.S Mariposas II : Ni una más
Fiksi UmumLos tiempos han cambiado. El salon de terapias sigue siendo un lugar concurrido, pero la vulnerabilidad de las mujeres van en aumento. Cuando años despues aun somos víctimas del sexo masculino, y más de nuestros derechos se quebrantan, una comunida...