꒰ 2 ꒱

3.1K 263 63
                                    

¡¿él?! ¡¿un gato?!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡¿él?! ¡¿un gato?!

auch... eso le había dolido justo en su orgullo de vampiro.

-no soy un gato- bufó con obviedad.-soy un vampiro y si no me dejas ir en este preciso momento, beberé toda tu sangre- le amenazó, sin esperar esa tierna reacción.

mimi rió infantilmente, dando pequeñas pataditas con sus piecitos.

-¡gatito!- contradijo- ¡gatito no mampiro!- chillaba entre sus carcajadas.

-ya deja de reírte - puchereo el vampiro.

podía oler perfectamente la fragancia a sangre que desprendía el cuellito del little, pero sus salvajes instintos habían desaparecido al verlo.
no quería hacerle daño, al contrario, tan solo quería protegerlo, y siquiera sabía el porque.

-vamos, entra a tu casa- ordenó en cuanto el bebé había dejado de reírse.

-¡nuh! ¡gatito mío! ¡gatito conmigo!- ay no. ya había comenzado a llorar nuevamente

el castaño soltaba grititos, gimoteos, jadeos y sollozos, a la vez que pataleaba y movía sus manitos al ritmo de sus pataditas.

esto era un real berrinche.

-¡bien!- suspiró rendido. no quería que los vecinos llamen a la policía o algo por el estilo.-me quedaré contigo, solo por un rato- aclaró.

mimi asintió con sus mofletes coloraditos de un tierno rosita y con algunas lágrimas en ellos.

el bajito abrió su mochilita, sacando un juego de llaves, con un lindo llavero de patito.

-tu- el little le extendió las llaves, ordenando que él abra la puerta.

el tatuado asintió y abrió cuidadosamente la preciosa puerta de madera tallada.

una moderna y acogedora sala de estar, fue lo primero que pudo ver al pasar.

un lindo sofá de color gris, con una manta de color cremita, algunos almohadones decorativos y un lindo peluche de conejito blanco. frente el sillón había una pequeña mesita de vidrio con algunas revistas y libros para colorear, junto con una alfombra peludita de color blanco, posadas frente un enorme televisor.
unos metros más alejado se podía ver una preciosa cocina de mármol blanco, decorado con diminutos toques minimalistas. ¡hasta había un suave aroma a vainilla y bebé!

era un ambiente muy precioso.

—¡mi casita!– chilló el castañito, quien estaba sentadito en el suelo, intentando quitar bruscamente sus zapatillas.

—es una casita muy hermosa, mimi– sonrió koo, agachándose hasta quedar en la altura del little.

movió delicadamente sus manitas de sus zapatillas, desatando las agujetas y quitando el calzado.

𓈒 ゚ ˖ strɑხerrɥ ხᥣood- ﹙little space﹚   ゚ ˖ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora