Capítulo 7

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Narra Lali

Los primeros rayos de sol entran por la ventana dándome de pleno en la cara, cierro más fuerte los ojos por acto reflejo e intento seguir durmiendo, cosa que no consigo. Me encuentro mucho mejor, no he vuelto a tener fiebre.

Aún con los ojos cerrados busco a tientas el móvil para ver la hora y compruebo que aún queda bastante para que suene. Me revuelvo liando mi cuerpo en las sábanas y estiro mis brazos quedando boca abajo. La alarma suena. Decido que hoy va a ser un buen día, no puedo permitir que algo así me vuelva a pasar, así que me dispongo a salir de la cama para empezar a prepararme antes de irme para el estudio de grabación. El frío de la mañana cala en mis huesos, froto mis brazos para entrar en calor, dejo caer mis piernas al suelo quedándome sentada en el filo de la cama y tras ponerme las zapatillas de andar por casa, me acerco a la ventana que esta abierta. Anoche se me olvidó por completo cerrarla, pero es que con todo lo ocurrido ayer con Peter mi cabeza aún seguía asimilando. Observo como un pequeño pájaro visita el nido que ha formado justo en el gran árbol que tengo en frente de casa, le da de comer a sus crías. Me parece oír unos murmullos detrás del muro que separa mi casa de la calle y agudizo el oído mientras que, por instinto, asomo mi cuerpo por la ventana. Paparazzis.

- ¡Joder! - murmuro y cierro la ventana de golpe dándome cuenta, así, el frío que tenía.

Pongo la televisión tras haberme dado una ducha y me siento, café en mano, en el sofá. Hago un zapping rápido mirando canal por canal y acabo poniendo una película de comedia. Una vieja conocida que ya había visto, al menos, tres veces, por eso se que verla una cuarta será buena idea.

Aún es temprano y no está ni el noticiero de la mañana. Sigo con la idea de que nada puede estropear el día. Sonrío con la taza de café entre mis manos y posada sobre mis labios. Cuando se van al intermedio aprovecho para llevar a la cocina la taza, echarle un poco de agua y mirar entre las galletas para ver cuál me apetece más. Vuelvo al sofá con la galleta más dulce que tengo y como la película no ha empezado todavía, sigo mirando todos los canales hasta dar con algo interesante. De repente, en un canal en el que ya han empezado las noticias, aparecemos Peter y yo bajo el título de "Lali y Peter, vuelven". ¿En qué momento? No doy crédito a todas las imágenes que pasan frente a mis ojos, éramos nosotros de hace más de diez años, algunas fotos de ahora tomadas a traición en el set y para colmo, Peter llamando a mi puerta y yo recibiéndolo en pijama. Esas últimas de ayer.

- ¡Genial! - digo mirando la televisión - Lo que nos faltaba ahora, fotos suyas entrando en mi casa - suspiro apagando la televisión con rabia.

En el rato que tengo hasta que me tenga que ir, repaso la canción que canto con Andrés para la intro de la serie, necesito olvidar lo que acaban de ver mis ojos. El tiempo es oro y hoy tenemos que terminar de grabarla, pero la canción es muy simple y no debería causarnos muchos problemas. Leo por encima la letra y me llama la atención una estrofa: "A pesar del tiempo te sigo queriendo, aún te echo de menos". Y no sé porqué pero la cara de Peter me viene a la mente.

"Lali, en una hora pasa un coche a recogerte a tu casa. Espero que ya estés recuperada y con todas las fuerzas".

La hora que faltaba se ha pasado volando y de repente oigo el pitido del chófer en la puerta de mi casa, asiento para mi, ha llegado. Compruebo que lleve todo, gafas de sol puestas, flequillo bien peinado y la pulsera que él me regaló para que me de suerte. Siempre la consideré un amuleto. Al abrir la puerta de casa ya puedo oír a los paparazzis ponerse alerta.

- ¡Lali! ¿Cómo es volver a trabajar con Peter? - me acercan la cámara pero agacho la cabeza ignorando sus preguntas.

- ¿Sabíais que ibais a trabajar juntos?

•• Dérive ~ Laliter  ••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora