-¿Magia? -Goku posó sus dedos sobre su mentón mientras Irene lo miraba impaciente- Creo que es lo que usa la abuela baba -respondió inseguro.
Eso le dio una pista a la Belserion que analizaba la situación en la que estaba. No sentía ni un rastro de mana en este lugar que debía ser Earthland, algo que era común pues las plantas, animales y seres vivientes solían despedir aquella mística energía, pero ese no es el caso.
Podía sentir como otra energía más pura, potente y especialmente rígida, al menos comparado con la magia, era la que predominaba en el área, pero quizá solo era por el terreno en el que se encontraba, ¿no?
-Dime Goku, ¿hay muchas personas que usan magia? -preguntó con una gota de sudor en las escamas de su mejilla.
-No que yo sepa y eso que tenidos muchas aventuras por mundo jeje -respondió Goku sonriente con los brazos detrás de su nuca.
Con tal respuesta lo supo, muy dentro de ella lo supo. No estaba en su hogar.
Negó con su cabeza, eso no era prioridad ahora, primero debía recuperar su antigua forma, volver a ser humana.
-Olvida mis extrañas preguntas Goku, por favor ayúdame a romper esta maldición -como pudo ella se paro sobre sus patas, aún herida.
-Jejeje, claro que sí, te lo prometí, ¿no es así, Miranda? -habló con seguridad el chico a lo que la dragona lo miró extrañado.
-Ese no es... nombre -habló con un tic en sus ojos con bastantes nervios, aunque algo divertida.
-Jeje, lo lamento, es hora de irnos, solo faltan 2 esferas, ya tengo 4 y 1 lo tiene Kami-sama -murmuró Goku contando con sus dedos.
-¿Kami-sama? ¿conoces a una deidad? -preguntó impresionada.
-Sí, debemos ir junto a él cuando tengamos las que faltan -respondió el chico tranquilo para asombro de la dragona.
Este chico decía cosas bastante alocadas, difíciles de creer, pero le daba esperanzas de recuperar aquello a lo que renunció por el bien de quienes luego la traicionaron.
-¿No deberíamos marcharnos de este lugar para buscar esas dichosas esferas? -cambió rápidamente de tema hablando con determinación.
-¿Huh? -Goku mismo se extraño por aquel repentino cambio, pero solamente sonrió- Así es, ¡ven nube voladora! -exclamó alegremente.
Rápidamente su pequeña y fiel amiga apareció justo en frente suyo para que el pueda subir.
-Curioso -murmuró la dragona pero le restó importancia extendiendo sus grandes alas alas.
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Los bastos cielos de aquel bello mundo ahora eran surcados por dos seres peculiares. El primero, un hombre de pelos en puntas montado sobre una nube amarilla, a su lado y agitando sus alas un dragón enorme de color rojo.
-Esas esferas, ¿cómo se ven? -preguntó de un momento a otro Irene dirigiendo su mirada al chico.
-Oh, déjame mostrarte -murmuró el Son mientras sacaba la bolsa marrón que colgaba de su cinturón azule.
Con cuidado buscó el objeto y al tenerlo entre sus manos lo sacó extendió hacía ella.
-Esta es una de las esferas del dragón, para mí esta es muy especial -habló el pelinegro con una pequeña sonrisa de nostalgia.
Irene abrió levemente los ojos de la sorpresa, ¿cómo no había percibido esto hasta ahora?
Esa brillante esfera de color naranja que mostraba 4 estrellas desprendía magia, no la que conocía, pero magia mezclada con aquella extraña energía que el Son usaba.
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La Dragona y el Guerrero.
Fanfic[Historia crossover entre Dragon Ball y Fairy Tail] Ninguna de las obras me pertenecen, solo el fanfic. Todos los créditos a Akira Toriyama e Hiro Mashima.