Capítulo 1

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Capítulo 1

-Sujeto N° 9-

- 30 de Marzo, 2005 -

Me encontraba en el departamento que compartía con Sam llenando cajas de cartón mientras la televisión serbia para llenar el silencio. Mi gato había decidido ignorarme completamente y se acomodó en su manta del balcón mirando las luces nocturnas de Palermo, el maldito gato estaba indignado por la escena que estaba por ocurrir, aunque lo parezca Sam era perceptivo.

Deje de verlo y me concentre en la tarea, metí un par de jean en la caja junto con unas camisetas de básquetbol y sus zapatillas, era lo último que quedaba en mi departamento que perteneciera al sujeto numero 9 o mejor conocido como Bruno. Debo reconocer que Bruno había logrado un récord de 6 meses, pero hasta el ser humano más devoto se cansaría del constante trabajo que soy.

El timbre sonó y Sam decidió acurrucarse más en la manta, me mire en el espejo antes de abrir la puerta. "-Estas hecha un desastre-" pantalones largos a cuadros que eran mi pijama, una remera de los ramones y mis pantuflas delataban que era sábado. Al abrir la puerta Bruno estaba allí, llevaba su bolso gigante de entrenamiento.

-Lamento haberme tardado un poco, el entrenamiento se alargó un poco, ya sabes- Encogió los hombros mientras miraba al departamento, ni siquiera podía mirarme.

-Tranquilo no tenía muchos planes- Me hice a un costado para que el entrara- Iba a descorchar un vino e iba a ver CSI nada del otro mundo.

El decidió no responder a eso y en su lugar dejo su bolso cerca de la entrada, por fin decidió mirarme, aunque sea por algunos segundos y pude ver que estaba a punto de ¿llorar?, se paró enfrente de las cajas y las miro.

-Está todo, ropa, cepillo de dientes y algunos libros que ni siquiera sabía que habían estado aquí.

Bruno hizo una mueca con el ultimo comentario- Supongo que esos esperaba que te los quedaras, son de fantasía, sé que te gustan- Me miro de nuevo y parecía que quería hablar pero no dijo nada.

Él siempre había sido tímido desde el primero día que lo conocí, era atípico, y lo digo en el buen sentido. Media 1,80 lo que hacía imposible que durmiera cómodo en mi cama pero a pesar de eso nunca se había quejado, era pelirrojo y su piel era de esas que se queman con solo mirarlas, pero había estado feliz de acompañarme a la costa en Enero, entrenaba luego de su trabajo, siempre había querido ser jugador profesional y era su pasión, sin embargo siempre había tenido tiempo para mí.

Suspire mientras él me seguía mirando - ¿Quieres una copa de vino?- le saque la mirada de encima y fui hasta la cocina intentando escapar de los recuerdos que inundaban la sala.

-Si acepto terminaremos sentados en ese sillón – Señalo el sillón – Hablando de porque, como y cuando- se acercó a mi mientras intentaba abrir el vino – y los dos sabemos que no puedes responder a esas tres preguntas.

-¿De verdad necesitas esas explicaciones?

-Yo no las necesito, la que las necesitas eres tu creo- Se acercó más. Su mano agarró la mía y me hizo soltar la botella.

Su mano se entrelazo con la mía y su pulgar mi acariciaba suavemente mientras que con su otra mano me acercaba hacia él y me abrazaba. Apoye mi cabeza en su pecho y decidí quedarme allí un rato mientras cerraba los ojos y sentía su presencia y sus caricias. El me dio un pequeño beso en la cabeza mientras susurraba palabras que no entendía, o que no quería entender.

Era un lugar cálido para quedarse y acurrucarse para siempre, pero nuevamente pensé: ¿Qué pasa si se cansa de mí? Es difícil soportarme, él había tenido un montón de ejemplos de eso, ¿Qué pasa si con el tiempo me vuelvo una loca incontrolable? ¿Qué pasa si le caigo más a su familia? ¿Qué pasa si...?

Los Ojos De Anna ( Saga - Las Estaciones - 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora