Capítulo 13

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Jeongin se encontraba escondido detrás de una de las piernas de su madre, mirando atentamente a los niños pasar por en frente suyo y algunos sentados en sus sillas.

Era su primer día en el nuevo jardín de niños y se sentía desfallecer. No quería estar allí pero era su deber y debía mostrarle a su madre que él no le tenía miedo a nada.

La mayor le había dicho que llevara el atuendo que tanto le gustaba, que consistía en una especie de mono azul marino que lo hacía ver precioso, y así es como jeongin estaba vestido.

Se sentía algo mal y nervioso, empezando por el hecho de que era nuevo, quería que su mamá lo alzara y le dijera que era mejor volver a casa, pero eso no ocurrió, y una mujer bastante joven y bonita se acercó, agachándose un poco para ver a jeongin, sonriéndole cálidamente.

—Hola, pequeño, ¿Cómo estás? —preguntó la chica, en busca de comenzar una conversación y generarle confianza al infante.

Jeongin por inercia se escondió aún más tras la pierna de su madre, ésta revolvió mínimamente su cabello dándole ánimos para que hablara con la maestra.

—Soy Yeri, ¿Tú cómo te llamas? — Intentó, buscando sacar un poco al menor por su timidez.

Jeongin dudó en responder, pero finalmente lo hizo.

—Jeongin.

Yeri sonrió.

—¿Jeongin? — el mencionado asintió. —Hermoso nombre, Jeongin.

—Mi mamá me puso ese nombre. — Le contó.

La maestra sonrió con ternura.

—¿Y a ti te gusta tu nombre, o prefieres otro?

El pequeño lo pensó un momento antes de contestar.

—Me gusta el mío.

—A mí también, es muy bonito. —Sonrió, asintiendo con la cabeza. —¿Qué te parece si te muestro tu lugar?

Jeongin miró automáticamente a su madre, quien asintió y le sonrió cálidamente. Entonces, jeongin asintió, mirando otra vez a la maestra, ahora saliendo un poquito de detrás de la pierna de su madre con la cabeza gacha.

Yeri le ofreció su mano para que pudiese guiarlo hasta su lugar, y jeongin accedió, agarrando con su manita la mano derecha de la maestra.

La mayor dirigió a jeongin a su asiento mientras éste se daba vuelta y veía a su madre quien le sonreía y le guiñaba un ojo dándole ánimos. Jeongin se despidió con su mano izquierda, acción que la madre copió y así salió del salón color celeste cielo.

Jeongin tragó saliva, volviendo su vista al frente.

Muchos niños correteaban de aquí para allá y otros simplemente se mantenían en sus asientos hablando con sus compañeros o jugando.

—Niños.—La señorita Yeri captó la atención de dos niñas y dos niños que estaban sentados en una mesa color roja, sonriéndoles. Jeongin tenía la cabeza gacha mientras jugaba con la tira de su mochilita. —Él es jeongin, es su nuevo compañero, ¿qui-

—Hola, soy Chaeyoung. —saludó una de las niñas parándose de un salto, interrumpiendo a la maestra, agitando su mano felizmente.

Jeongin levantó su cabecita, mirando con ojitos grandes a quien le había hablado recientemente, esta agarró repentinamente su mano y lo acercó más a su mesa, mostrándole lo que hacían.

—Mira, estábamos dibujando, ¿quieres unirte? —Preguntó la niña de cuatro años, apuntando a su dibujo para que jeongin lo viera.

La maestra sonrió, yendo hacia otra mesa donde otros niños la llamaban.

Jeongin simplemente asintió con una sonrisa tímida, mirando a los niños restantes que permanecían en la mesa, concentrados en sus propios dibujos.

Hubo algo que realmente le llamó la atención; era uno de los dibujos que estaba pintando uno de los niños.

—Si quieres unirte, aquí te dejaré la hoja y las crayolas. —Le dijo chae, sonriente, dejándolas en un espacio en la mesa, volviendo a su lugar y pintando nuevamente.

Jeongin asintió, volviendo a mirar aquél dibujo que había captado su atención.

Se acercó un poco a ese niño, viendo atentamente cómo pintaba el dibujo.

El infante parecía totalmente concentrado en pintar, por lo que no notó la presencia de alguien a su lado.

—¿Ese es Iron man? —Preguntó finalmente jeongin, apuntando tímidamente el dibujo.

Dicho menor levantó la vista ante una voz desconocida, encontrándose con un precioso niño de ojos marrones.

—Sí, ¿lo conoces? —Preguntó el niño con una resplandeciente sonrisa.

Jeongin asintió, correspondiendo a su sonrisa.

—¿Quieres pintar conmigo? Todavía me falta. —El menor de cabello castaño azabache rascó su cabecita suavemente, observando su propio dibujo y lo que le faltaba colorear, para luego mirar nuevamente a jeongin, quien terminó asintiendo ante la invitación.

Fue de imprevisto y algo que el pequeño Jeongin no esperó, cuando hyunjin agarró una de sus manitos y lo atrajo hasta finalmente sentarlo en su regazo. Jeongin se sonrojó ante eso, que tan solo se dispuso a ver el dibujo frente a él.

—Oye, ¿Cómo te llamas? —Preguntó el castaño, estirándose hasta alcanzar una de las crayolas que estaban en la mesa.

—Jeongin. —Murmuró en respuesta.

—Jeongin. —Sonrió con un asentimiento. —Soy Hyunjin. —Se presentó, entregándole la crayola color rojo. —Me gusta mucho tu ropa. Te queda muy bonito. —Sinceró, pues sus ojitos curiosos como el de todo niño habían visto hasta el color de su cabello.

Jeongin sonrió, sosteniendo dicho elemento y empezando a pintar con concentración el dibujo del de pelo azabache.

A Hyunjin le pareció demasiado tierno, por lo que beso una de sus mejillas, hecho del que jeongin no se percató al estar tan concentrado en pintar, así que un momento depués el azabache decidió abrazarlo con fuerza desde la cintura, mientras que el otro pintaba con la lengua afuera a causa de la concentración.

Y de esta manera, es cómo empezó una larga historia sobre dos mejores amigos enamorados.

Boyfriends? | Hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora