veinte

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— voy a renunciar. — farfulló, molesto, mientras continuaba barriendo el pasillo del lugar mientras yeonjun limpiaba una mesa con un paño pequeño.

— hazlo.

— ¿por qué tenemos que encargarnos nosotros del trabajo sucio? — golpeó con el cepillo el piso, reclamándole. — todo lo que soobin y taehyun hacen es jugar con los cachorros y poner el dinero en la caja.

— es su aniversario, gyu. — finalmente, se volvió hacia él, quien puchereó. — deja de estarte quejando, pareces un niño pequeño.

—...es que no me gusta hacer esto. — sin excusa alguna a su comportamiento, simplemente continuó limpiando el piso.

— estoy seguro que no vas a querer venir a trabajar cuando sea nuestro aniversario. — no dijo nada. — vas a pedir la semana libre.

— ¡yeonjun!

— ¿qué? — el mayor rió. — tú empezaste.

— sólo falta que me mandes al rincón.

— puedo hacerlo.

— no estás al mando.

— de ti, sí. — beomgyu no dijo nada. pero sobre el silencio que llenaba por completo el lugar, yeonjun podía oír perfectamente como el menor se continuaba quejando entre dientes. — beomgyu.

— ¡no he dicho nada! — ante la mirada acusadora del pelirosa, rodó los ojos. — qué delicado.

— ya es la una, ¿vamos a comer? — asintió, emocionado. — a ver si así se te disuelve un poquito la sal.

— cállate. — chasqueó la lengua, y aquello fue lo último que hablaron de ese tema hasta que el menor agregase. — oye, jun... hablando de nuestro aniversario.

— ¿qué quieres? — abrazado a uno de sus brazos, él puchereó.

— sólo te iba a preguntar qué estabas planeando. — frunció los labios. — como siempre eres tú el que planea esas cosas.

— sí... porque cada vez que tú te encargas sale mal.

— lo de tu cumpleaños fue un accidente.

— quiero creer que no me habrías tirado del balcón a propósito. — beomgyu apretó los labios, ciertamente no era un recuerdo nada grato para ninguno, mucho menos para el mayor. — ¿tú a dónde quieres ir?

suspiró.

— me bastaría con pasar un día fuera del trabajo. — ambos se sentaron uno junto al otro, beomgyu observando pensativo el menú y yeonjun estando atento a él.

— dios, deja de exagerar, beom... no trabajas ni cuatro días a la semana.

— este trabajo me va a matar, jun. — se recostó con cansancio sobre su hombro, restregando con suavidad su cabeza entre el hueco de su cuello. — ¿qué quieres comer?

— hm... no tengo mucha hambre, a decir verdad. — murmuró. — ¿y tú?

— disculpen. — él estaba a punto de decir algo cuando la suave voz de una de las meseras llamó la atención de ambos, atrayendo sus ojos hacia ella. — siento interrumpirlos, pero... necesito pedirles que se vayan.

por un momento, ninguno de los dos dijo nada.

— ¿disculpa? — el menor fue, claro está, el primero en quejarse, con un tono de molestia bastante obvio.

— algunos clientes dicen que... no están cómodos con ustedes estando aquí.

— ¿"no están cómodos"? es un restaurante, no se supone que puedan echarnos por no hacer absolutamente nada. — se puso en pie.

— beomgyu, siéntate.

— ¡no, no pienso sentarme! ¿por qué nos tenemos que ir si no hemos hecho nada? — el mayor se abstuvo de decir nada. y beomgyu agregó, volviéndose hacia la chica. — no nos vamos a ir.

— señor, por favor.

— lamentamos mucho las molestias. — antes de que beomgyu pudiera gritarle de nuevo, yeonjun se puso en pie y lo empujó para que comenzara a caminar fuera de ahí. — no nos volverán a ver por aquí, no te preocupes.

bajo las miradas atentas de los que estaban ahí, ellos simplemente se marcharon.

𝘁𝗵𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗳𝗲𝗰𝘁 𝗽𝗮𝗶𝗿. yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora