Capitulo 1: Los Imperiales.

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“¿Que es un hombre sin la guerra?, es un hombre vacío y sin orgullo; ¿Qué es un soldado con el miedo a morir?, Es solo una escoria que defrauda a todos sus compatriotas, ¿Qué es un imperio sin su rey?, es solo un país destinado al fracaso y a la anarquía.”

- General Harman Joss.

Se podía ver a varios soldados, que vestían de una manera específica que era conformado por una chaqueta modelo 07/10 de color Feldgrau, de botones dorados y un borde rojo en las dos solapas, el cuello y los otros extremos de la chaqueta. Y su número del regimiento lo tenían cosido en las charreteras con un hilo rojo; sus pantalones eran del mismo color de su chaqueta con un borde a lo largo de la piernas de color rojo, el casco con punta o Pickelhaube, unas botas de cuero beige, al igual que tenían un cinturón con su hebilla, dos cartucheras, una pala y su estuche, una bayoneta para el fusil Mauser y una bolsa de pan, al igual que algunos tenía puesto una máscara de gas o lo llevaban colgado en su cintura.

Todos estos se encentraban en una trinchera, con sus fusiles Mauser 1898 en manos y listos para avanzar lo más rápido posible. El silencio era muy profunda y notable en el aire, algunas veces era ahogado por el sonido del toser de algún soldado o el silbido del viento. Uno de los soldados que podíamos ver, que era de ojos cafés, pelo negro opaco y piel blanca; tenía sostenido su rifle, a pesar de ello se notaba que sus manos temblaban, su respiración era un poco más agitada y sudaba un poco.

En eso, se oye un silbato, y todos los soldados salen de su trincheras lanzando un grito de guerra al aire;  mientras corrían para el frente. Detonaciones de armas se oían a lo lejos mientras balas los pasaban por a lado de ellos. Algunos de ellos que estaban corriendo caen al suelo;  heridos por las balas, algunos de estos le faltaban extremidades, otros fueron partidos a la mitad, dejando un charco de sangre y sus órganos por fuera, incluso alguno de ellos se les había rompido su intestino delgado, dejando que las heces salieran y se mesclara con la sangre, dando un olor muy desagradable, lo más horrible es que algunos de ellos seguían vivos, gritando por ayuda, mientras agonizaban de dolor, aunque por el sonido de la balas y el furor de la batalla, eran ignorados o ahogados sus súplicas de ayuda o que alguien le pusiera fin a su sufrimiento.

Mientras tanto el soldado que hace unos segundos vimos, se encontraba corriendo mientras cargaba su bayoneta; varias balas le rozaban, tan cerca que podía sentir la estela del viento que dejaban detrás de ellas y su zumbido.

El a pesar de que su cara demostraba enojo y concentración, dentro de el, una parte quería detenerse y salir corriendo a la dirección de su trinchera, su corazón palpitaba a un ritmo anormal y cada vez esa parte, dominaba más.

A pesar de ello continuaba adelante, en eso sintió una sensación muy fuerte, que lo hizo parar en seco, a algunos metros de la trinchera enemiga, después sintió como algo caliente salía de su estómago. El solo miro a ver dónde venía esa sensación y vio como su uniforme, se manchaba de un líquido rojo justo en la parte de su estómago, sin más el solo cayó de rodillas al suelo lleno de barro, y vio a sus alrededores, viendo un paisaje muy desolado y sin vida, cadáveres de sus camaradas de patria tendidos en el suelo, algunos destrozados otros solo tendidos, el cielo gris, sin nada de color, en eso sintió como una gota cayó sima de el y de repente otra y luego otra. Así empezando a llover, quizás las nubes, dios o una casualidad de la vida, hizo que una lluvia tranquila empezará. Parecía como si el cielo estuviera llorando por el o por las muerte de los demás.

Sin más el volvió a mirar al frente y solo veía como sus compañeros, pasaban a sus lados, corriendo y cargando su bayoneta, mientras sus botas dejaban una huella en el barro;  algunos caían, otros lograban llegar a la trinchera y combatían contra los franceses.

Sin más este empezó a cerrar sus ojos, pero antes de cerrarlos por completo, pudo ver a lado suyo, algo  que conocía bien, ese era un imperial. Un ser humano cruel y despiadados; tenía puesto una armadura que tenía un estilo medieval de color oscuro, una máscara de gas de color verde oscuro, con ojos amarillos, el casco Pickelhaube de color negro que en medio tenía pintado la cruz de hierro alemana, botas de cuero y guantes de cuero; en su cadera en el lado derecho tenía un cuchillo guardo en una funda verde, mientras cargaba una MG 08 y lo disparaba, a pesar de que el enemigo le dispara al imperial, las balas solo le rebotaban en su blindaje, mientras tanto el imperial se acercaba despacio a la trinchera enemiga. Tanto para los enemigos como para los aliados de los imperiales solo verlo acercarse, con su robusta armadura, su gran altura, su máscara de gas y su ametralladora en mano, los aterraba, tanto que preferían huir o soltar sus armas y rendirse.

Los 5 Imperiales del Occidente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora