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Ran se encontraba peinando con delicadeza tu cabello, te trataba de "su pequeña hija", el hermano mayor de la familia Haitani, era una persona completamente inofensivo cuándo estaba cerca de ti.

— ¿Que estilo de peinado me harás? —preguntaste viendo tu reflejo en el espejo frente a tu persona.

— Ya lo verás, quedarás muy bonita, mucho más bonita de lo que ya eres. —pellizco tus mejillas. Luego de unos cinco minutos termino, dos hermosas trenzas esponjosas, cuando terminó recordó su juventud, sonriendo de que él también se hacia trenzas.

— Listo, ¿qué te parecen? —colocó una liga en la última trenza.

— Soy muy lindas. —una pequeña sonrisa se plasmó en tus labios.

— Ven vamos todos esperan para desayunar faltamos nosotros, no podemos llegar tarde en tu primer día de clases.

•••

— Estás preciosa.

— ¡Papá Ran hizo mis dos trenzas! —aclaraste, dándole los respectivos créditos al más alto.

— ¿Uh? ¿qué sucede? —dijo Mikey adentrándose al lujoso comedor.

— ¡Papá Mikey tengo dos trenzas!

— Desde pequeña eres una niña muy linda. —beso con amor tu frente.

— Tiene que desayunar para ir a la escuela, no quiero que te quedes sin una buena educación. —Kakucho te regañó, el de cicatriz todo un padre, puntual, protector, cariñoso.

— Mi pastillita es toda una mujer. —Sanzu de manera infantil limpio sus lágrimas traicioneras.

•••

— Ten pequeña, Mochi y yo te conseguimos una mochila, nosotros nos encargamos de colocar adentro todos los útiles necesarios.

— ¡Pastillita!, no te has colocado el uniforme.

— Oigan faltan treinta y dos minutos, para que inicien sus clases. —Rindou entró al comedor masticando un pan tostado junto a una taza de café.

— Uh, voy enseguida. —desapareciste del comedor, y fuistes directo a tu habitación.

— Dame un trago de tu café Rindou. —Kakucho tomó la taza de su compañero, y le dió un sorbo, el líquido ni siquiera pasó por su garganta, porque lo retuvo.

— ¿Por qué la cara? —Sanzu le mira raro.

— Ah, Kakucho se me olvidó decirte que le agregué cinco cucharadas llenas de azúcar.

— ¿Por qué tan dulce idiota?

— Que te importa drogadicto.

Kakucho hacia todo lo posible para tragar el café, cosa que le fue imposible no tuvo más remedio que escupir el café por el lavamanos de la cocina.

•••

— Estoy lista, falta mi collar. —te observastes en un espejo, adornado por flores de papel.

— Pequeña, ¿puedo pasar? —Sano golpeó suavemente la puerta.

— ¡Adelante! —colocaste la pequeña cadena alrededor de tu cuello.

— ¿Estás nerviosa? —se adentro a la habitación y se dirigió a tu pequeña mochila, en sus manos se encuentra un dorayaki envuelto en una bolsa transparente, visualizo que no lo estuvieras observando, quería que fuera sorpresa.

▬▬ ❝ PROTECT YOUR SMILE ❞ -BONTEN × ᶜʰⁱˡᵈ ʳᵉᵃᵈᵉʳ (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora