Secuela de The Day I Met You.
Natasha había perdido la esperanza en el amor. Solo estaba centrada en su familia y en su trabajo. Solo que la vida, una vez más, le demostraría lo importante en no cerrarse a sentir.
¿Cuánto serías capaz de sacrificar...
La miré a los ojos. La miré exactamente igual que la primera vez que la vi sentada en la clase. Pero no vi nada, no la vi a ella.
Vi a una muñeca rota, unos ojos vacíos, un cuerpo sin alma.
Seguía removiendo el risotto con trufas que nos habían puesto como primer plato en la boda y seguía recreando ese momento en mi cabeza. Esos ojos que antes me hacían perderme ahora parecía que me gritaban aléjate.
-¡Mami! -la voz de Oliver me hizo despertar. -¿Me ayudas a cortar mi filete?
Mire a Oli y vi su platito de menú infantil sobre la mesa.
-Claro mi amor. -Empecé a cortar su filete. -¿Te lo pasas bien amor?
-Sí mamá. Aunque tengo ganas de terminar e ir a jugar con Cooper, se ha traído sus coches y le he prometido que haremos una carrera.
-Vale mi amor, cuando te comas todo podrás jugar con Cooper.
Oliver me sonrió y agarró su tenedor para empezar a comer. Es precioso.
Levanté la mirada y la busqué. Estaba en una mesa lejana y estaba comiendo mientras hablaba con dos chicas y sonreían. ¿Sería alguna su novia? En verdad, a pesar de que no era la misma Wanda, estaba preciosa.
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-¡CHE! ¡Nat! -la voz de mi hermana me hizo girar la cabeza hacia ella. -¿Dónde miras tanto?
-¡Yelena! ¡Deja a tu hermana! -Kate dijo dandole un empujoncito a la rubia.
-Eso eso, déjame tranquila.
-No te desvíes Nat, sabes lo que hay.
-No voy a desviarme Yelena, cálmate.
La madre de Kate llamó nuestra atención sobre algo referente a los nietos, Yelena se escandalizó diciendo que cómo iba ella a cuidar un niño, Kate se rió y yo no estaba prestando atención. Mi mente se fue de nuevo a Wanda, me preguntaba cómo estaría, que seria de su vida, si seria feliz.
Estaba tan perdida en mis pensamientos que ni si quiera noté cuando el camarero m retiró el plato y me puso uno nuevo. Ahora había una especie de mousse salada con gambas, no se que era, pero estaba bueno.
-¡Mami! Ya acabé, ¿puedo ir a jugar?
-Sí mi niño, ten cuidado, ¿vale? Y poneros en un lado en el que no molestéis a los camareros.
-Vale mami.
Oliver me dio un beso en la mejilla y corrió hacia la mesa de Clint y Laura donde estaba Copper esperándolo, lo seguí con la mirada hasta que mis ojos se cruzaron con los de Clint que me sonrió y leí en sus labios que me llamaba guapa, yo le sonreí y le lance un beso. Es el mejor amigo del mundo.
