The Day You Saved Me ~Wandanat.

2.

Natasha miraba incrédula a su hermana y a Kate. Su mente no paraba de darle vueltas al tema de que volvería a ver a Wanda después de 5 años. Todo lo que llevaba intentando olvidar tanto tiempo, estaba reavivándose dentro de ella.

-¿Es una broma, verdad? -preguntó una vez que salió de su shock.

-Ojalá lo fuera. -dijo Yelena poniendo mala cara. 

-Lo siento Nat, fue cosa de mi madre. -dijo Kate agarrando la mano de Nat. -He intentado convencerla de no invitarla pero está muy pesada con el tema del que dirán los accionista de la empresa sobre invitar a quien nos parece.

-Sinceramente Kate... -dijo Yelena. -En el momento en el que yo vea a esa mujer entrar en la boda pienso... -miró a Oli y después de nuevo a Kate. -invitarle formalmente a irse.

-Yel...

-No amor no, tú sabes lo que ha pasado, y a mí me parece bien que os saludéis en la empresa, pero es que como va a venir... Encima ha tenido la cara de confirmar, vaya sin vergüenza.

-Lo sé Yel pero mi madre...

-Da igual. -interrumpió Natasha a ambas mujeres. -Me da igual que vaya a la boda.

-Nat, no lo digas por decir, sabemos que te hace cero gracia.

-Yel de verdad, está todo olvidado, han pasado cinco años. -Natasha colocó bien a Oli en la silla. -no me va a afectar el hecho de ver a Wanda un rato en una boda.

-Yo quiero conocer a la tía Wanda. -dijo Oli agarrando un trozo de pan.

-Sí. -dijo Nat mirándolo y luego miro a Yel y a Kate. -seguro que podemos hacer algo.

Natasha no podía parar de pensar en las posibles consecuencias que podría tener en su vida la vuelta de Wanda.

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Kate caminaba apresuradamente por los pasillos de la empresa, había tenido una reunión muy temprano en la mañana así que iba buscando desesperadamente algo para comer. Su madre la había ascendido a vicepresidenta de la empresa, lo que significaba estar mucho más ocupada y ella solo estaba deseando que llegara septiembre para volver a ver a sus niños. 

Kate aparte de ayudar a su madre con la empresa, también trabajaba como profesora en un centro infantil. Echaba de menos a sus niños, sus risas, los dibujos que le regalaban... esos niños eran su vida entera junto con Yelena, y no podía esperar para tener uno suyo y de su futura mujer.

-Kate...

La nombrada se giró para ver quien la llamaba. Era Wanda. Aunque cualquiera lo diría, ya no era la misma chica que ella había conocido años atrás. Estaba muchísimo más delgada, había dejado de teñirse de pelirrojo por lo que ahora tenía el pelo de color castaño oscuro, como cuando era pequeña y ya no tenía ese brillo característico de sus ojos.

-Hola Wanda.

-Queria eh... darte las gracias... por la invitación a la boda. -Wanda hablaba titubeando. -Yo comprendo que después de.. lo que pasó... pues...

-No ha sido cosa mía. -respondió Kate. -Ha sido mi madre.

-Ya si yo comprendo que... -volvió a ser interrumpida pero esta vez por Yelena.

-¿Te está molestando? -Yelena apareció detrás de Wanda y camino hasta llegar a Kate, le dio un pequeño beso en los labios y volvió a mirar a Wanda.

-No... yo solo quería agradecer... -tomó aire y alejó su mirada de Yelena. -Por la invitación.

-Pues no te alegres demasiado porque no eres bienvenida.