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                                                                                                                                     Hospital psiquiátrico Lunesca

                                                                                                                                       SEPTIEMBRE 12

-Señorita Yildiz, ah usted intentado hacerse daño? – interroga el psiquiatra con un tono delicado

-Ya sabes que responderle Yam- escuche a Yem desde las profundidades de mi cerebro

-¿Está usted de acuerdo con migo en que las personas que se auto agreden son quienes tienen una escasez de amor propio?- cuestioné a Medina mientras con mi largo suéter cubría las marcas internas en mis brazos

- Tiene toda la razón Yildiz, este mes has mejorado mucho tu manera de pensar. Estoy asombrado, ya puedes irte- exclamó el hombre en peligro
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- Antes de la luz todo era oscuridad, de pronto un ángel se reveló y en el cielo una guerra de luces se observó, era el ángel rebelde la luz divina que debía escoger un bando, era este el que no quiso decidir, de pronto un rayo intenso de luz cayó al suelo simulando bomba la cual movió tierras y seguidamente muchos rayos más cayeron a su pasó, era el ángel rebelde y sus hermanos seguidores quienes del cielo fueron expulsados y son ellos los seres que llamamos "Dioses"- la profesora Deyri tomó su libro y se retiró del salón de clases no antes de asignarnos la tarea de filosofía, filosofía es una de mis materias favoritos ya que para mí es importante estudiar el pensamiento de los demás y aunque a muchos les parezca una clase irrelevante a mi me resulta todo lo contrario.

Luego de clases me dirigí a mi habitación pero algo extraño ocurrió ya que percibía una vibra pesada en el ambiente además que tenía el presentimiento de que alguien me estaba observando, sin embargo cada vez que detenía mi paso para voltear asía atrás nunca lograba observar a nadie tras de mí, escuchaba pasos, pasos que no eran míos, pasos pesados provenientes de personas las cuales no distinguía, claramente estos pasos me tenían muy nerviosa, debido a mi estado decidí correr ya que estos pasos sospechosos podían tratarse de algún paciente de la planta #7, corrí, con todas mis fuerzas y con él corazón apuntó de salir de mi organismo, corrí a mi habitación, cuando logré llegar cerré la puerta con seguro, sin embargo me exalté al escuchar unos lamentos, traté de identificar de quienes eran y la respuesta era muy obvia, se trataba de una Renesme llorando desconsoladamente bajo la almohada y no hay que malinterpretar las cosas, realmente quería ayudarla, saber que era lo que pasada por su cabeza pero no podía ya que si me acercaba a ella podría ser muy peligrosa y por ello me dediqué a escucharla sollozar por él resto del día.

-"toc- toc- la puerta es tocada, miró el reloj que marca la 1:00 am, me niego a abrir pues quizá se trate de algún esquizofrénico, sin embargo mi subconsciente me ordena levantarme, decido abrir la puerta encontrándome únicamente con la soledad del pasillo, doy un paso al frente y la punta de uno de mis pies choca con un objeto, con ayuda de una linterna pude visualizar una caja a la altura de mis pies, observé a los lados con cautela vigilando que nadie vagueara por los pasillos y seguidamente me adentré a mi cuarto con la caja en mano.

Era una caja azul con un moño color Morado, parecía un obsequio mal combinado, bien dice él dicho que la curiosidad mata a él gato y en este caso el gato soy yo puesto que al abrir la caja quedé anonada, unas fotos habían en la caja junto a una carta firmada por mi nombre, fotos que derramaron sangre de mis ojos ya que su contenido era muy fuerte.

Tragedia YildezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora