Estación del tren
Lo primero que nota la cámara es a un nada animado Nandor bajando del tren, de vuelta en Staten Island.
Al parecer, aquel viaje que lamentablemente no pudieron cubrir hasta la tierra natal del vampiro, había sido todo menos satisfactoria para la figura desanimada que ahora cargaba su mochila sin mucho afán.
El plano es de él, caminando pensativo, lanzando miradas furtivas hacia el equipo y mostrando los colmillos, bastante hastiado.
Aunque no podía negar que le gustaba la atención, a veces si tenía malos días.
Su viaje a Al-Qolnidar no había dado los frutos que esperaba, y no era por qué casi todos sus conocidos eran vampiros y le restaba protagonismo.
No.
Era por qué se sentía vacío, y quisiera o no admitirlo, le hacía falta Guillermo.
Era extraño volver a la casa que compartía con Nadja, Lazlo y Colin Robinson, y era peor porque todo estaba hecho un desastre.
A él no le importaba realmente, pero era peligroso tan solo caminar por el pasillo.
Cuando al fin pudieron comenzar con los comentarios, Nandor se sentó en su sillón favorito frente a la chimenea, miró a la cámara por unos minutos, cómo pensando con que iniciar.
–La vida sin un familiar no es nada fácil... No sé dónde está Guillermo y aunque es menos importante que los mapaches que corren por la casa, al menos él me ayudaba en muchas cosas que obviamente los mapaches no pueden...–Todos los presentes y Nandor escuchan gritos que interrumpen la entrevista, palabras subidas de tono y el golpe de un pedazo de madera cayendo al suelo.
La cámara sigue a Nandor, que corre apresurado hasta el recibidor, Guillermo se encuentra fuera de una caja repleta de galletas y suciedad.
–¡Oh, Guillermo!–Exclama Nandor.
Pero el chico no está para nada feliz.
–¿Cómo pudieron enviarme a través del Atlántico en una caja de madera? ¡Dos veces!
–¡Siempre hay una queja con este!–Se quejó Nadja.–Te empaqué Oreos extra y Pedialyte esta vez, solo para ser amable.
–¡Estuve golpeando desde el interior por una semana!
Las vibras generales no estaban nada bien, los vampiros miraban a Guillermo sin entender lo que habían hecho mal.
El chico estaba al borde de un ataque de ira, pero intentó respirar para calmarse, aunque no tuvo éxito y descargó un “Están muertos para mi”, eso claro incluía a Nandor y él no estaba de acuerdo.
–¿Qué carajo hice yo?–Se quejó mientras su familiar/guardaespaldas se acercaba a la puerta, sin lograrlo, pues una madera del suelo se desprendió haciéndolo caer a una especie de piscina fétida resultado de la poca atención que la casa había recibido.
Nandor, inmediatamente, saltó para sacarlo de ahí.
Fue una sorpresa para Lazlo pero obviamente no para Nadja, aunque no dijo nada.
Una mirada de hastio a la cámara y esta cortó.
***
–Yo solo sugiero que deberían dejar las estupideces para después, Nandor está casi arrodillado a los pies de ese humano, pero es demasiado estúpido como para darse cuenta...–Nadja trae uno de esos vestidos largos muy dignos de su estilo, y aunque le mencionó a su esposo que los había conseguido en una tienda humana en Inglaterra por el mínimo precio de una buena hipnosis, no se veía contenta.
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The heart guard ~Nandermo~. /Comisión terminada/
FanfictionGuillermo prometió que cuando Nandor estuviera asustado o triste, él estaría ahí. Y lo cumplió.