ATRAPADOS. [Ayano x Poliamor]

Capitulo 3.

Capitulo 3: No me está gustando sentir esto pero quiero matarla.

Suspirando e intentado dejar de lado aquel suceso, volví mi camino hacia el club, necesitaba entrar lo antes posible. Abriendo el aula, pude ver una sala llena de computadores, uno que otro juego que verías en un arcade y tres personas frente a los compradores. Tiene el aire de un club de gaming a pesar de no ser oficial.

Los dos primeras parecían ser parejita y la otra como si fuera un marginado estando muy atento a la pantalla como si se le fuera a ir volando, en definitiva, él era el líder. Entrando con cautela me acerque a él y toqué su hombro esperando llamar su atención, sin embargo, eso me costó muchos más toques hasta que se dignó a mirarme con molestia, que rápidamente cambio por una expresión ilusionada.

Que extraño.

— Eh... ¿Eres el líder, no? Venía a inscribirme — dije un tanto insegura sin querer mostrarme fría.

— ¡Claro que sí! ¡Tomaste una buena elección! — exclamó tomando mi mano con entusiasmo.

Pero su entusiasmo me hacía sentir arcadas, su toque era repulsivo para mí, no me gustaba está cercanía que estaba tomando conmigo.

— Soy Gema Taku, bienvenida a mi club — sonrió un tanto extraño que me hizo querer hacer una mueca — ¿Cómo te llamas?

— Uhm, soy Ayano Aishi, es un gusto... Supongo — susurré quitando mi mano de la suya.

Su tacto era como quemarme, deseé que quien hubiese tomando mi mano así fuera Taro, ¿por qué tenía que ser él?

Fue aburrido estar con Gema-sama, lo analizaba y parecía un pervertido, me hacía arrepentirme de estar en el club pero no podía acobardarme.

Suspirando salí, aunque al hacerlo choque contra un duro pecho.

— ¡Auch! — solté sobando mi nariz.

— Oh-oh, deberías fijarte por dónde caminas, corazón.

Escuché decir, era una voz varonil y a la vez elegante. Alzando mi vista, me encontré con un chico alto con cabello parecido al de Kokona, alce mis cejas con sorpresa ante lo guapo que era, no como Taro, claro está.

— Disculpe, pero usted también tuvo que fijarse — dije tratando sonar lo más educada posible.

Al parecer esto no le gustó.

— Veo que no me conoces — sonrió y puse notar un aire burlesco.

— ¿Tengo que hacerlo? — está vez lo dije en un tono desinteresado.

En tan poco tiempo había logrado enojarme, otra cosa nueva.

— Te aconsejo que no seas grosera, eres... Bastante linda como para sufrir.

Su voz sonó como una amenaza y eso me hizo querer golpearlo.

— Sé que soy linda, demasiado pero tristemente no puedo decir lo mismo de ti — mentí, no tanto, ya que no es muy lindo como Taro.