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Los sonidos retumbaban su mente y oídos, haciendo que levemente balanceara su cabeza de un lado a otro, para enfocar una pequeña sonrisa que muy poco sacaba, no quería abrir sus ojos, pero tuvo que hacerlo porque un pequeño golpe en su espalda la hizo dar un escalofrío.

Iba a gritar cuando se dio cuenta que las miradas se posaban en ella, al menos, la de la mayoría, tuvo suerte de que la profesora que estaba en una conversación por teléfono no la haya notado.

- ¿Qué?...

- Marcy, te fuiste por un momento de la tierra, y casi la profesora te regaña, ¿estás bien?. -. Objetó con curiosidad la rubia.

- S-sí, creo. -. Concluyó sin querer dar más explicación, la chica de su lado entendió y apuntó los ejercicios que habían en la pizarra.

Marcy los escribió, y sin ganas respondió cada una de ellas sin dudar, luego tomó sus pequeños audífonos que no se notaban debido a que los tapó con su cabello y volver a lo de antes, obviamente con menos volumen.

- Muy bien clase, ¿quién ya terminó?. -. Preguntó la profesora de repente, el salón se quedó en silencio.

La docente puso una mirada fanfarrona, matemática no era un curso muy popular allí, y a muchos se les complicaba, así que la mayoría no se inmutaba en esforzarse en algo que claramente inculcaba en su día a día.

La profesora conocida como Zulmi, comenzó a recorrer por todo el espacio del aula, para quedar frente a las dos chicas que anteriormente habían hablado, aunque sea poco.

- ¿Bien?, señorita Waybright, ¿terminó?. -. La miró desafiante, pero sin dejarla decir algo porque su atención ya se había cambiado de rumbo.

O más bien a una hermosa adolescente que mostraba una expresión muy afable para existir.

- Supongo que eres nueva, ¿ya terminaste?. -. La de tez clara no iba a responder, simplemente se inmutó en darle la hoja y volver a su ya habitual expresión.

Lo tomó raramente, para verificar y sorprenderse que todo estaba increíblemente bien para alguien de 15 años, incluso hizo procedimiento de cómo se hacía cada ejercicio.

Porque sí, Marcy Wu era la más menor de ese lugar, no por su cumpleaños ni su fecha, si no porque debería estar en dos cursos menores, pero la subieron de rango considerando su enorme inteligencia.

A pesar de ser muy torpe.

La profesora iba a argumentar algo, pero justo el timbre sonó, indicando que su hora terminaría en 30 minutos, volvió a su sitio no sin antes felicitarla por lo anterior.

El tiempo pasó muy rápido, así que ya faltaban solamente un minuto para dar a fin aquel día de clases.

Todos guardaron sus cosas apresuradamente para mirar con atención los segundos del reloj, hasta que después de tanta intriga sonó.

Completamente todos los integrantes empezaron a gritar y correr hacia la salida, sin importarles nada más en la vida, Marcy por otro lado, lo hizo despacio, para luego dirigirse hacia la profesora y preguntar si le podía dar fichas para resolver, la docente raramente lo hizo, y la chica se fue alegremente del lugar.

- Qué bicho raro. -. Dijo Gaby al lado de Anne luego de ver aquella acción

- No es lindo que le digas así, Gab, pero sí, es... extraño. -. Respondió la mayor, no sin antes dar un último vistazo a la chica y despedirse para dirigirse a su casa.

[...]

Mientras daba cada paso, admiraba su alrededor por millonésima vez, miraba cómo cada mariposa revoloteaba por su camino, en cómo la brisa fría resoplaba por su rostro y le daba leves escalofríos, y en cómo el sol brillaba hacia el horizonte para darle directamente en la cara.

Vale, éste último dato no era muy relajante que digamos, pero aún así le encantaba, no cambiaría por nada en el mundo aquel pequeño momento que pasaba al recorrer esa calle.

Aunque de pronto su vista se enfocó en una pequeña silueta que caminaba torpemente por los estruendos del suelo, y al verla, era obvio que en cualquier instante le pase algo debido a que su atención estaba puesta en sólo una cosa, su teléfono.

Rápidamente por sus propios impulsos fue hacia ella porque se dirigía a la pista que estaba en luz verde, donde varios vehículos deambulaban como locos.

- ¡Marcy!. -. Intentó advertirle, pero la chica ya estaba con sus enormes audífonos como para poder escucharla.

Un sonido estruendoso se escuchó a la lejanía.

...

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°

°

¿Voy demasiado rápido o lento?.

Es que siento que soy muy velocista, pero a la vez pienso que está bien cómo avanzo y... ¡AGH!.

Sin más preámbulos, ¡Adiós y gracias por vuestro apoyo!.

¿Qué es el cerezo de los sueños? [Marcanne] / Editando/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora