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El recreo ya había llegado, y todos del aula comenzaron a correr desesperadamente, ya que hoy era día de tacos.

La oji-verde le prestó la mínima atención, no se inmutó en levantarse e ir a la cafetería, simplemente sacó un táper y su tomatodo para comer allí.

Iba a sacar su Nintendo cuando escuchó una conversación atrás.

– ¿Ya lo viste?, ¡es bien guapo!, está postulando para ser capitán del equipo de fútbol, ¡de seguro ganará!, eres bien afortunada por tenerlo, Anne. —. Habló una aguda voz que todavía no sabía cómo se llamaba, aunque eso no le importaba mucho.

– No diría afortunada, aunque él me pidió salir hace un tiempo. —. Rió nerviosa la morena.

– ¡¿Ves?!, hay veces que desearía ser como tú, aunque, su amigo también es muyyy sexi, tal vez, si postulamos para ser porristas puede que pueda acercarme. —. Chilló "enamorada".

Anne giró los ojos, para darse cuenta que la única que había en el salón eran ellas y la chica nueva.

– Espérame un momento. —. Murmuró.

Se dirigió hacia ella con curiosidad, caminó hasta quedar delante de su pupitre para retomar una charla común y corriente.

– ¡Hola!, eres nueva aquí, ¿no?, ¿Qué tal te parece el lugar?. —. Sonrió amablemente.

Marcy subió su mirada para encontrarse con ella, nuevamente la desvió hasta otro punto del salón.

No le iba a contestar, pero algo le hizo querer hablarle.

– Bien, supongo. —. Se encogió en su sitio.

La anterior chica que estaba hablando con Anne, conocida como Gaby, miró esa reacción de la chica como extraño, para luego despedirse de Anne con un movimiento de manos.

– ¡Adiós! —. Se despidió la morena, luego volvió a centrar su atención en la joven. – Hey, si quieres te puedo enseñar el colegio, claro, si estás de acuerdo.

– E-está bien. —. Asintió suavemente, para guardar su comida y agarrar su Nintendo.

Ella no salía a ningún lugar que no sea con ese aparato, porque, aparte de que los doctores dijeron que así se liberaba y era una forma de estar tranquila frente a tantas personas, también era un objeto muy divertido en momentos aburridos.

Poco después de salir del aula, se dirigieron a varios sitios, entre esos estaba el auditorio, quien no faltaba decir que Marcy estaba más que sorprendida en ver los diversos instrumentos que se podía tocar y tomar clases.

El piano fue su favorito.

Anne simplemente sonrió al ver que la chica cambió tan rápido su expresión de "mátenme o asesínenme, da igual" en un tristas.

Después de que casi rompieran los tímpanos de todos los presentes al intentar tocar el violín, se fueron hacia la sala de medicina o enfermería.

Donde también se podría hacer una corta pasantía para aprender ciertas cosas allí.

Claramente, Anne no era buena en algunas cosas, y al tratar de impresionar a la joven, casi termina matando a un estudiante enfermo de ahí.

Obviamente las expulsaron y su entrada no era permitida a menos que realmente estén enfermas o heridas.

Como su último chance de darle una buena impresión, se dirigieron a su última parada, el coliseo.

Donde tomaba más de 300 metros de largo y más de 150 m de ancho, el perímetro medía un aproximado de 900 metros (una información que aburriría a cualquiera).

Lo bueno de su largo recreo y que no llegarían tarde a clases era que, justo en ese momento, les tocaba física, así que era una buena forma de mostrarle el coliseo.

Algunos de otras secciones practicaban basquet, otros voley, y la mayoría fútbol, y al observarlos, era imposible no darse cuenta de ese "bombón" que sudaba y jugaba exquisitamente aquel deporte, y que además tenía bajo sus pies a miles de chicas.

Marcy se dio cuenta de cómo esa persona miraba a Anne, y de cómo ella lo miraba.

Era claro que tenían una conexión, y eso de alguna forma hizo revolver el estómago de la joven.

El profesor las llamó, para elegirlas en diferentes rangos de deportes.

A Marcy le tocó vóley.

Uno de los peores juegos que le podría tocar para ella...

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¿Qué es el cerezo de los sueños? [Marcanne] / Editando/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora