—¿En serio estás dispuesto a contratarme? —replicó, aún sin poder creerlo.
—Yah, ¿me crees un idiota sin corazón? —dijo Jackson con la ceja alzada—. Tus notas son impecables, tienes recomendaciones de tres profesores de K-ARTS y sobretodo —apoyó una mano sobre el hombro contrario para que el chico lo mirase a los ojos—. Te he visto bailar danza clásica, Jeon. Tal vez tú mismo quieras negarlo por todo lo que ha pasado, pero no podría encontrar a alguien más preparado que tú para este trabajo.
JungKook asintió tímidamente y sintió sus mejillas arder solo un poco ante los cumplidos de su hyung. No quería reconocer que le gustaba cuando halagaban su técnica en ballet y contemporáneo; y si no fuera porque necesitaba completar las horas de prácticas pre-profesionales que requería la universidad, ni siquiera hubiera cruzado por su mente la idea de tragarse su orgullo agendando una cita con el antiguo sunbae al que consideraba su mentor para rogarle que lo aceptara en su academia.
—No es la gran cosa, hyung —murmuró quedito, y el hombre frente a él solo suspiró antes de retirar su mano y cruzarse de brazos, apoyándose a un costado del escritorio.
—En fin, tengo una gran idea —trató de quitarle importancia al momento incómodo que había generado con sus palabras—. Estoy seguro de que no quieres pasar más tiempo del necesario aquí, así que si quieres completar tus horas de prácticas en menos tiempo, ¿qué te parece tomar bajo tu tutela a uno de mis alumnos? Le darías clases personalizadas los fines de semana, y el resto de días serías asistente de coreografía en el horario de las tardes.
El pelinegro negó confundido, ¿qué estaba tramando Wang?
—No puedo —dudó en continuar—. No tengo problemas con ser asistente de coreografía pero, ¿tutor personalizado? Me estoy especializando en urbano, hyung; no tengo la capacidad. No puedo asumir una responsabilidad tan grande —rió nerviosamente y se levantó en dirección a la puerta, pero las palabras del director lo hicieron detenerse antes de cruzar la salida.
—El chico está dispuesto a pagarte... —se acomodó en su silla giratoria, apoyando sus pies sobre el elegante escritorio de madera—. Y su familia tiene mucho dinero.
***
Luego de la llamada de la señora YangMi, el chiquillo no cabía en su júbilo. Trabajar con la hija de Kim NamJoon ya le daba suficiente para poder pagar sus clases de baile durante la semana, pero la confirmación del empleo permanente que la esposa del otro matrimonio Kim le acababa de dar significaba que al fin podría poner en marcha aquello que tanto anhelaba. Por lo mismo, ni bien recibió la noticia, se dirigió a toda prisa para hablar con el director de su academia y pedirle que le consiga un tutor personalizado que lo preparara para conseguir su ansiada beca. Por supuesto, debido a que tenía que cuidar a tres niños, su horario se vería afectado; pero era mucho mejor tener dos clases intensas en la semana, de varias horas y con un profesor que se enfocara únicamente en él; antes que un horario reducido de lunes a viernes, más aún teniendo en cuenta que tenía que competir por la atención de su maestro con otros tantos bailarines talentosos.
Jackson Wang le felicitó por su iniciativa y le aseguró que antes del siguiente fin de semana encontraría a alguien que pudiese enseñarle de la forma que él esperaba. Las cosas le estaban saliendo demasiado bien, casi tanto como para tener miedo de ello, pero intentó evitar pensamientos negativos; después de todo, aún debía enfrentar otro gran obstáculo: su padre.
Revisó su reloj y suspiró, aún tenía otra entrevista a la cual asistir, así que se apresuró al estacionamiento en busca del auto de su familia que siempre lo transportaba. Junto a él, se hallaban algunas motocicletas encadenadas a unas barras de seguridad, pero solo una completamente negra llamó su atención por lo elegante que era.
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Mᴀʟᴇ Nᴀɴɴʏ Sᴇʀᴠɪᴄᴇ ▪︎κοοκмιи / νмιи▪︎
Fanfic-¿De verdad quieres saber cuándo me perdiste? -sintió escalofríos ante el roce de los labios ajenos que se posaron dulcemente en su palma, pero decidió reprimir sus impulsos y retrocedió con fuerza, retirándose de aquel tacto que parecía quemarle la...