•Pᴀʀᴛᴇ ᴅᴏs: Bʀɪᴅɢᴇʀᴛᴏɴ•

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—Te lo juro, unnie —escuchó a su esposa hablando por celular con quien suponía era HaNeul—. Ese niño parece un brujo. No solo ha logrado que mis hijos lo obedezcan al pie de la letra, sino que anoche SunHee se despertó cuando él se iba y se puso a llorar y a gritar que se portaría mejor si se quedaba con ella —TaeHyung rió al recordar la escena, sobre todo por la cara de pánico que JiMin puso, no sabiendo cómo quitársela de encima sin entristecerla aún más —. No sé cómo lo logró, pero ha engatusado por completo a la familia.

Y era verdad; llevaban tres días con JiMin haciendo la prueba para el puesto de niñera en su casa, pero era evidente que el chico no tenía dificultad alguna a diferencia de lo que ambos habían predicho en un inicio. Es más, se desenvolvía tan bien en compañía de los infantes que casi no parecía un trabajo para él, al menos desde su perspectiva.

Alejándose de sus pensamientos dirigidos hacia el peliplata, dio unos toques suaves con su puño en el marco de la puerta de su alcoba, carraspeando al mismo tiempo con el fin de llamar la atención de YangMi, quien se despidió rápidamente de su amiga y observó interrogante al mayor. Él le dedicó una sonrisa preciosa, de esas que dejaba sin aliento a cualquiera que lo mirase, para luego acercarse a tomar su mano con delicadeza.

—Jagiya —le dijo—. He terminado todo lo que tenía pendiente para hoy y estaba pensando que ahora que no tienes que cuidar a los niños, podría ir a recogerte después de tus clases y llevarte a Agara a cenar —llevaban mucho tiempo sin darse un espacio para ellos dos, pues cuidar a los niños absorbía todo el tiempo de ella, mientras que el trabajo de oficina dejaba a su esposo exhausto por las noches. Por dichos motivos, había estado trabajando como loco los últimos días con el fin de llevar a su mujer a pasar una velada romántica en su restaurante favorito para celebrar que decidiera culminar su carrera—. No tienes que preocuparte por los niños, ya hablé con JiMin y acordamos una suma extra por quedarse a dormir hoy. Quiero culminar esta noche contigo en una suite que reservé en Myeongdong, ¿te parece?

Contraria a la reacción que esperaba, YangMi pareció dudar; y es que luego de tantos años encerrada en casa y dedicando su vida al matrimonio y a los niños, empezaba a disfrutar de la nueva libertad que había adquirido con el retorno a la universidad. Pero no quería lastimar los sentimientos de TaeHyung, ya que era obvio el tiempo y empeño que estaba dedicando con el único fin de mimarla. Lo pensó un buen rato, pero finalmente cedió ante los deseos de él al mirar sus ojos llenos de ilusión. No quería quitarle eso, al menos.

Ante la respuesta positiva, el moreno decidió ignorar ese atisbo de incertidumbre que había visto en la actitud de la menor; después de todo, si había accedido era porque reanimar a su matrimonio relativamente enfriado con los años también era prioridad para ella, ¿verdad?

Como un niño entusiasmado, lo primero que hizo fue escribirle a JiMin la noticia, agradeciéndole nuevamente por acceder a quedarse con sus pequeños toda la noche. Por algún motivo que aún no le quedaba claro, el delicado joven le inspiraba una confianza tan grande que, sin darse cuenta, había desencadenado el principio de un lazo de confidencialidad que jamás pasó por su mente en tener con alguna otra persona —incluyendo a su hermano—, pero tampoco pensaba a profundidad en el asunto. A su manera de ver las cosas, el chico era una compañía agradable y parecía siempre interesado en escuchar lo que tenía por decir, aunque fuera algo tan sinsentido como la emoción por que su propia esposa le aceptara una cita.

En respuesta, recibió varios emojis que demostraban lo feliz que JiMin estaba por él. La situación, aunque infantil, le causaba una sensación de libertad que nunca antes había sentido. Ya lo había pensado con anterioridad, pero lo cierto era que la presencia del futuro bailarín lo hacía sentir como si hubiera regresado en el tiempo a una época en la que se recordaba como un mozo inexperto, y aquello no le molestaba en lo absoluto. Todo lo opuesto, era remotamente consciente de que quería acostumbrarse a ese efecto placebo que la presencia contraria evocaba en su vida, pero no estaba dispuesto a admitirlo aún.

Mᴀʟᴇ Nᴀɴɴʏ Sᴇʀᴠɪᴄᴇ ▪︎κοοκмιи / νмιи▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora