𝐋𝐎𝐕𝐄𝐁𝐔𝐆 - MARINETTE Y TÚ/LADYBUG Y TÚ

𝐈

𝑪𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒅𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒅𝒓𝒂ᵖᵗ¹

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ERA TU PRIMER DÍA EN COLEGIO FRANÇOISE Dupont, y estabas emocionada. Revisaste dos veces tu mochila asegurándote de tener todo lo que necesitabas.

Finalmente, al salir de tu habitación, pusiste tu mochila de la escuela junto a la puerta principal para asegurarte de que no la olvidarías al salir. Te sentaste en tu sofá encendiendo la televisión; como era tu primer día, decidiste despertarte muy temprano para tener algo de tiempo para entretenerte. Después de ver un poco de televisión, decidiste hacerte un pequeño desayuno.

Tus padres salieron de su dormitorio bostezando mientras tú ponías pan en la tostadora.

—Buenos días, _____.— Tu madre te besó la frente. —Te levantaste muy temprano.— Te apoyaste en la meseta de tu cocina esperando a que el pan tostado saliera.

—Tuve que asegurarme de estar más que lista para la escuela hoy.— Respondiste. Tu padre suspiró cayendo en el sofá.

—Eres como tu madre.— Él les sonrió a las dos. Se relajó en el sofá, casi parecía como si se estuviera quedando dormido de nuevo. Luego salieron ronquidos fuertes de su boca y tu madre se apresuró a despertarlo. Ella empujó ligeramente su hombro.

—¿No crees que también deberías prepararte para el trabajo, cariño?—

—¿Hm? Oh, claro.— Se levantó caminando de vuelta a su habitación, chocando con la puerta al entrar, lo que finalmente lo hizo despertarse por completo.

Tus tostadas aparecieron y las pusiste en un plato; sacaste tu crema favorita y la pusiste en las tostadas. Faltaban alrededor de treinta minutos antes de que iniciaran las clases, por lo que decidiste empezar a caminar allí.

—¡Adiós!— Te despediste de tus padres.

—¡Adiós, _____!— Tu madre te besó la mejilla.

El aire de la mañana era agradable y fresco. Estabas feliz de la corta distancia que había de tu casa a la escuela, aunque todavía era un buen paseo el que podías dar.

Tus ojos se mantuvieron pegados en el suelo, dirigiendo la mirada ocasionalmente hacia un algún árbol u objeto al azar. Hasta que pasaste a junto a un anciano que lucía como si estuviera luchando por llevar varias cosas. Tuviste duda por el olor, pero luchaste contra ella y lo ayudaste.

—¡Gracias!— Habló mientras te dirigía una sonrisa amablemente. Diste un paso atrás asintiendo con la cabeza.

—¡No fue nada! Que tenga un buen día, señor.— Respondiste y te fuiste sin pensarlo.

Cuando llegaste a la escuela, miraste a tu alrededor a todos los demás estudiantes hablando en sus propios grupos y demás. Mientras caminabas por ahí, perdiste la concentración en tu entorno y chocaste con alguien.

—¡Oh, lo siento!— Rápidamente te disculpaste. Era una chica más baja con el pelo rubio corto y los ojos azules.

—¡Está bien! ¡Fue un accidente!— Les sonreíste frotándote la nuca torpemente. —Soy Rose.— Ella se presentó.

—Soy _____.— Ella te agarró de la mano tirando de ti contigo.

—¡Puedo presentarte a mi otra amiga!— Ella te llevó a otra chica de la misma altura que tú. Tenía el pelo largo y negro con puntas moradas y flequillo lateral que cubría un ojo. Cuando se dio cuenta de ti, sus mejillas se enrojecieron de color rosa claro. —¡Juleka! ¡Esta es _____!— Rose caminó junto a Juleka envolviendo su brazo alrededor del suyo. —_____, ¡esta es Juleka!—Sonreíste saludando a Juleka.